Círculos oscuros de poder, que siempre tienen como aliados permanentes para el logro de sus negativos fines la apretada agenda que termina adueñándose de un mandatario, que le impide ver la realidad de las cosas, le montan siempre escenarios favorables a vitorear al ungido, a lisonjear las ejecutorias inexistentes en la realidad de obras que no van más allá del papel constante en el contrato firmado, casi siempre, con bombos y platillos, ante una audiencia ávida de redención que ingenuamente premia esta iniciativa, Destacamos y aplaudimos el esfuerzo físico que día a día despliega el mandatario para visitar el país; frente a esta realidad, el círculo se encarga de publicitar que rompió marcas al visitar varios sitios y provincias en una sola jornada, acentúan con gran despliegue publicitario que dialogó con el pueblo, en un escenario montado por parte de este redondel local donde casi siempre escogen para la verborrea a un estimulado dirigente local, o a un motivado ciudadano que alaba sinceramente la intención; pero hasta allí llega todo. Luego los abrazos, el brindis, las alabanzas y ¡adiós Lola! Prueba toda esta aseveración lo que le acontece con el Presidente Correa frente a la obra pública que se debe ejecutar en Manabí. El mandatario, entendemos que solo por falta de un transparente y real conocimiento de lo que sucede en materia vial en esta vilipendiada región, e intencionalmente mal informado por tentáculos del círculo, publicita casi a diario, y a nivel nacional, las bondades de su gobierno en materia de vías y carreteras en esta provincia, sin conocer que la realidad es que la mayor parte de Manabí aun sufre con carreteras de tercer orden. Si el Presidente Correa, deliberadamente mal informado, sostiene que la inversión en esa materia es de más de trescientos millones para carreteras en Manabí, entonces asistimos al atraco más grande de los últimos tiempos. Que el Ministerio Fiscal y la Policía dejen por ahora a un lado a los ingeniosos causantes del robo al Pichincha, por insignificante, y persigan a los descarados contratistas y funcionarios que han depredado la plata entregada para construir carreteras, porque si transitamos por las carreteras que van a Santa Ana i a Olmedo, por ejemplo, son vías que avergüenzan y denigran cualquier gestión. Entonces, sí, deberán de rodar cabezas y saldrán a la luz por fin, culpables.