Parece evidente, la causa de la segunda mayor crisis financiera del mundo occidental es, básicamente, una cuestión de confianza. Que lo que hace que suban o bajen las acciones, que las empresas inviertan o ahorren, etc. es el clima de confianza que exista en la sociedad. Y España, como es evidente, empieza a perder la poca confianza que le iba quedando.