El personal que trabaja en el local dijo que los sujetos llegaron como clientes, y cuando vieron que no habían muchas personas, sacaron a relucir dos armas de fuego, gritando que era un asalto. Uno de los hampones puso el revólver en la cabeza del cajero, con la intención de amedrentarlo para que no pusiera resistencia y entregara el dinero. Pero estos anteriormente ya habían estado en el establecimiento, como estudiando el sitio y saber dónde estaba el dinero. Pues uno de los sujetos fue directo al lugar donde se guardaba la plata. Cometido el robo, los antisociales se dieron a la fuga. Se sospecha que estos eran esperados por otros compinches que se movilizaban en motos.