La fecha fue un motivo para el reencuentro familiar y por eso se prefirió los domicilios para compartir, recordar y fortalecer los lazos afectivos. Las playas urbanas y las rurales lucieron más bien desoladas. En El Murciélago (foto) los dueños de carpas y sillas se quedaron esperando clientes. En Tarqui los jugadores aprovecharon para hacer un poco de deporte. No fue un buen día para el comercio.