En todo el país son 2.749 reclusos los que están facultados para votar en estas elecciones generales, que, salvo en las cárceles, se celebrarán el próximo domingo. En los centros penitenciarios se adelantó la cita para no interferir en el día de visitas familiares de los presos que es, precisamente, el domingo. Es un acontecimiento "histórico", según Simon, que recordó que la nueva Constitución, aprobada en referendo el pasado septiembre, ha extendido el derecho al voto a "ciudadanos que por su condición han sido permanentemente excluidos y son presos, pero sin una sentencia". "Es una fiesta democrática, una demostración de que el país puede organizarse y ojalá tengamos algo parecido el próximo domingo", agregó. En la penitenciaría de Guayaquil, donde se estableció un operativo de seguridad especial, ensayado en varias ocasiones antes de hoy, los presos se acercaban a las mesas electorales en grupos de cuatro, escoltados en todo momento por policías y militares que no les quitaban la vista de encima. El único momento en que los policías dejaron solos a los presos fue cuando estos, tras un biombo de cartón, marcaron las papeletas con los nombres de los candidatos y los partidos políticos de su preferencia. Los presos, como los demás ciudadanos harán el próximo domingo, tuvieron que señalar cinco papeletas, una para presidente y vicepresidente, otra para asambleístas nacionales, otra para prefecto provincial, para alcalde, y finalmente para concejales. En los patios correspondientes a los pabellones de hombres se instalaron un total de ocho mesas electorales. Mientras los primeros grupos votaban, dentro de los edificios esperaba el resto para salir al exterior, nerviosos por la asistencia de la prensa y la atención que recibían. Según explicó a Efe Romeo Silva, director nacional de Rehabilitación Social, el proceso de votación para los presos sin sentencia "se da por primera vez en Latinoamérica". Para ello, han coordinado acciones el Ministerio de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y la Dirección de Rehabilitación Social, así como los cuerpos de seguridad del Estado. Silva calificó la ocasión como "un día de fiesta" y señaló que el acto electoral culminaba un proceso que venía preparándose y coordinándose desde enero. Por otra parte, en el pabellón dedicado a las mujeres, las reclusas se mostraron más relajadas y demostraron una relación cordial con sus vigilantes, también todas mujeres. En los comicios también están facultados para votar por primera vez en la historia los jóvenes de 16 a 18 años y los policías y militares, que participarán en lo que supone el último tramo del periodo de transición hacia un nuevo marco constitucional.