El recorrido de unas quince cuadras fue acompañado por cientos de personas que se acercaron al cortejo fúnebre de forma espontánea, portando, muchas de ellas, pancartas con las imágenes del ex mandatario. Ya en la Catedral, en el centro de Guayaquil, miles de personas pugnaban por ingresar en la iglesia, en cuyo interior se encontraban sus familiares y más cercanos colaboradores. Febres Cordero, que gobernó Ecuador entre 1984 y 1988, fue líder del conservador Partido Social Cristiano (PSC) y durante su prolífica vida política se desempeñó también como legislador, asambleísta constituyente y senador, además de alcalde de Guayaquil por dos ocasiones consecutivas. En los últimos meses, Febres Cordero había acudido con asiduidad a Estados Unidos para someterse a chequeos médicos e incluso para una cirugía ocular. El pasado 7 de diciembre Febres Cordero retornó a Guayaquil de la ciudad estadounidense de Tampa, tras someterse a un tratamiento de radioterapia para el cáncer de pulmón, y desde entonces permaneció en la Clínica Guayaquil. Alfonso Harb, uno de sus amigos más cercanos y correligionario, confirmó que Febres Cordero murió a las 16.30 hora local (21.30 GMT) de este lunes. Harb señaló que, "aún luchando por su vida", el ex presidente estaba pendiente de la situación del país y agregó que siempre se recordará lo "luchador" y "guerrero" que fue Febres Cordero en las últimas horas de su vida. El ex jefe del Estado, ingeniero mecánico de profesión, ha sido uno de los políticos más influyentes de Ecuador y, a la vez, uno de los más polémicos, por dirigir su Gobierno con mucha dureza, según sus detractores. Incluso, la Fiscalía ha advertido de que cinco ex gobernantes, entre ellos Febres Cordero, podrían ser llamados a declarar por la presunta implicación de sus gobiernos en contratos supuestamente ilegales de deuda externa, según el informe de una comisión que investigó el crédito público en los últimos 30 años. Asimismo, Febres Cordero era investigado por la denominada Comisión de la Verdad, que busca aclarar múltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos durante su administración. Por su parte, el Gobierno del presidente Rafael Correa lamentó el fallecimiento de Febres Cordero y declaró tres días de luto nacional. Correa, que ha criticado frecuentemente a Febres Cordero, también alabó la actitud del conservador, de quien dijo fue un hombre firme en sus convicciones. Mediante un decreto ejecutivo, Correa decidió "declarar tres días de duelo nacional" y ordenó que en todas las dependencias públicas y representaciones diplomáticas del país en el exterior se coloque la bandera nacional a media asta. Asimismo, Correa decidió delegar a una comisión de su Gobierno para que asista al funeral de Febres Cordero y dispuso que las Fuerzas Armadas "rindan honores póstumos" al fallecido ex jefe del Estado. También la cancillería ha sido delegada por Correa para que aplique el ceremonial especial para el sepelio del ex presidente. EFE