En esta entrevista, comparte su trayectoria, desde sus inicios inspirados por su abuela hasta su visión de fomentar la creatividad y el diseño en las nuevas generaciones de Ecuador.
¿Cómo nació su interés por la moda y cómo llegó a estudiar en Argentina?
Todo empezó en mi infancia, viendo a mi abuela trabajar con telas y máquinas de coser. Ella me enseñó los primeros pasos, como combinar colores y texturas. A los 18 años, en 2007, decidí irme a Buenos Aires para estudiar diseño de indumentaria y textil en la Universidad de Palermo, una de las mejores en moda en la región.
¿Cómo fue su experiencia profesional en Argentina?
Estuve 13 años allá, combinando trabajo y docencia. Mientras estudiaba, trabajé en talleres, hice pasantías y fui asistente de cátedra. Luego, me convertí en docente universitaria y obtuve una beca para una maestría en negocios de moda. También ayudé a diseñar mallas curriculares para la carrera de moda, lo que me dio una visión integral del sector.
¿Qué la motivó a regresar a Ecuador y establecerte en Manta?
En 2020, en plena pandemia, conocí a mi esposo, un ecuatoriano. Decidimos formar una familia en Manta. Fue una decisión personal y profesional. Sentí que era el momento de volver y aportar al desarrollo de la moda en Ecuador.
Háblenos de su proyecto en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM).
Cuando regresé, propuse crear una carrera de diseño de moda en la ULEAM. Diseñé la malla académica y planifiqué las asignaturas. El programa ya está en marcha, y aunque dejé el cargo por la maternidad y la carga horaria, fue gratificante ver que se hizo realidad. Es un paso para profesionalizar la moda en Manabí.
¿Cómo nació la idea de fundar una escuela de diseño de moda para niñas?
Quise acercar la moda a las niñas porque creo que es una herramienta poderosa para desarrollar creatividad y habilidades técnicas desde pequeñas. En 2024, abrí esta escuela en Manta, enfocada en costura, patronaje y diseño. Las clases son prácticas, en grupos pequeños, y personalizadas. No busco masividad, sino calidad en la enseñanza.
¿Qué impacto busca con este proyecto?
Quiero que las niñas descubran su potencial creativo y técnico. La moda no solo es hacer ropa; enseña disciplina, atención al detalle y confianza. Espero que algunas de ellas vean el diseño como una carrera viable, pero, sobre todo, que disfruten el proceso creativo y lo apliquen en su vida.
¿Cuáles son los desafíos de enseñar moda en Ecuador?
La oferta académica en moda es limitada. Hay programas en Quito o Guayaquil, pero en regiones como Manabí, el acceso es escaso. Mi escuela busca llenar ese vacío.
¿Qué planes tiene para el futuro de la escuela?
Quiero incorporar talleres de bordado, ilustración de moda y reciclaje textil. También planeo capacitar docentes para expandir el proyecto a otras ciudades y hacer alianzas con diseñadores locales.
¿Qué mensaje le da a las jóvenes que quieren seguir una carrera creativa?
No dejen que los prejuicios o las limitaciones económicas las detengan. Busquen becas, formación y redes de apoyo. Confíen en su talento y perseveren.