Familia de Sol Arteaga la recuerda como una joven alegre y consentida

A María Sol Arteaga Vera, de 22 años, la están velando en La Concordia, Santo Domingo.

Ahí vivía con su familia, pero cada fin de semana, por estudios, se trasladaba hacia Calceta, Manabí.

Hizo el último viaje el domingo, en el bus de transporte interprovincial que cayó a un abismo en el sector de La Crespa, cerca de El Carmen.

Cuando el micro se accidentó, ella recibió un fuerte golpe en la cabeza que la mató en cuestión de segundos.

Cursaba el séptimo semestre de Agroindustrias.

Su familia la recuerda como la más consentida, por ser la menor de los cuatro hermanos.

Era alegre y siempre estaba pendiente de sus padres. Para pasado mañana está prevista su sepultura, en La Concordia.

A través de redes sociales, amigos y familiares de Sol Arteaga han expresado el dolor que sienten ante su inesperada pérdida.

Unos de los mensajes que se ha viralizado es el que compartió su pareja, Darwin Velásquez.

“No pierdan el tiempo peleando por cosas que no tienen sentido, no dejen nunca un abrazo o un te quiero para después. No esperen a que sea una fecha especial para demostrarle a la persona que quieren lo mucho que sienten por ella. Perdona, valora cuando alguien lucha por arreglar las cosas, cuando alguien lucha por estar a tu lado, cuando alguien lo da todo por verte feliz”, se lee al comienzo del escrito.

Velásquez, además compartió una captura de la último mensaje que le envió su “Solcito”, como la llamaba. Allí, ella le pedía que le tuviera almuerzo y que después de descansar de su viaje saldrían a hacer compras.

Todos los detalles de la despedida de Sol Arteaga y de sus últimos minutos de vida, conózcalos mañana en nuestra edición impresa.

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