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El sector en auge relacionado con las mascotas en China incluye servicios funerarios para los animales de compañía, que se han convertido en una parte cada vez más importante de la sociedad china, que festeja hoy su Fiesta de los Fantasmas en homenaje a los muertos.

El festejo se celebra en el ecuador del séptimo mes del calendario lunar, en el cual, según las creencias populares chinas, los espíritus de los ancestros vagan por el mundo de los mortales.

En esta época, muchos chinos llevan a cabo rituales de homenaje a sus familiares fallecidos que incluyen la colocación de incienso, la quema de dinero falso para que lo disfruten los ancestros en el más allá o la celebración de banquetes en honor a los que ya no están.

En un país en el que existen más de 70 millones de dueños de mascotas, los rituales funerarios y las acciones conmemorativas se extienden, sin importar la época del año y con cada vez más frecuencia, a los animales de compañía.

UN SECTOR EN EXPANSIÓN

A finales de 2020, la industria relacionada con las mascotas había alcanzado un volumen de 43.000 millones de euros (44.343 millones de dólares) en el país asiático, según un informe de la consultora IResearch Consulting Group.

La consultora vaticina que, para 2023, el negocio del sector crecerá un 46 % hasta los 63 mil millones de euros (64.900 millones de dólares).

Los dueños de mascotas chinos gastan en promedio unos 656 euros (676 dólares) cada año en sus animales, según algunos estudios.

El sector incluye al menos 1.400 empresas relacionadas con los servicios funerarios o crematorios para animales de compañía, de los cuales fallecen cada año tres millones en el gigante asiático.

“Recibimos entre 800 y 1.000 reservas cada año”, explica Wang Yinghao, cofundador de la empresa especializada Rainbow Planet, ubicada en Pekín.

Los servicios funerarios que ofrece su compañía oscilan entre los 600 yuanes (89 dólares, 86 euros) y los 6.000 (890 dólares, 860 euros), dependiendo del peso y la raza del animal.

Los clientes suelen reservarlos “un día después de que su mascota fallezca”, explica Wang.

UN MIEMBRO MÁS DE LA FAMILIA

Según Liu Hongyan, miembro de la Academia China de Ciencias Sociales citado en medios locales, los servicios funerarios para mascotas se originaron en Japón y se introdujeron en China alrededor de 2005.

El método más común para desechar los restos del animal es la cremación, que “no solo evita la propagación de bacterias que pueden ser causadas por el entierro y otros métodos de tratamiento”, sino que también proporcionan a los dueños “una manera digna de despedirse de lo que consideran otro miembro de la familia” y una forma de mantener el recuerdo y las conexiones emocionales con el animal.

“Estos servicios son muy cómodos. Nuestros perros, que nos aman de forma incondicional, merecen una forma digna de emprender su último viaje y la ceremonia sirve como consuelo para la familia dueña, a la que no le quedarán remordimientos”, explica en redes sociales Zhu Xiaopo, un usuario de servicios funerarios para perros.

Otros comentaristas en redes sociales consideran esta actividad un gasto superfluo: “Entiérralo y ya está, ¿qué necesidad hay de que todo se convierta en un artículo de consumo?”, lamentaba otra usuaria.

Al tratarse de un sector muy joven y en rápida expansión, se enfrenta a algunos problemas como la ausencia de una autoridad reguladora y de estándares para su certificación y sus precios, y la falta de capacitación específica para los trabajadores de la industria. EFE