Evo Morales, ex presidente de Bolivia inhabilitado para participar en las elecciones generales de este domingo, advirtió que sus seguidores se movilizarán en las calles si los candidatos de derecha, favoritos en las encuestas, asumen el poder. En una entrevista con la agencia AFP, Evo Morales, de 65 años, aseguró que resistirá cualquier intento de revertir las políticas socialistas que lideró durante casi dos décadas. La contienda electoral, marcada por una profunda crisis económica y divisiones en la izquierda, definirá al próximo presidente de Bolivia para el periodo 2025-2030.
Las encuestas posicionan al empresario de centro-derecha Samuel Doria Medina y al ex presidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga como líderes para disputar una segunda vuelta el 19 de octubre. Ambos candidatos han prometido liberalizar la economía boliviana. Esta enfrenta desabastecimiento de dólares, escasez de combustibles y aumento en los precios de productos básicos, descrita por ellos como la peor crisis en una generación. Además, han manifestado su intención de ejecutar una orden de captura contra Evo Morales por un presunto caso de abuso de menores, acusación que el ex mandatario niega rotundamente.
Evo Morales descarta huir del país
Morales, refugiado en Lauca Eñe, Cochabamba, para evadir la orden de detención, descartó huir del país ante una eventual victoria de la derecha. “No me voy a escapar, no me voy a ir, dicen: ‘Se va a escapar a Cuba.’ No me voy a escapar”, afirmó. El ex líder del Movimiento al Socialismo (MAS) llamó a sus bases a “dar la batalla en las calles y los caminos” contra posibles reformas liberales. Tras su renuncia en 2019, forzada por protestas tras comicios cuestionados por presunto fraude, Morales se exilió en México y regresó a Bolivia un año después.
El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) inhabilitó a Evo Morales para un cuarto mandato. Esto, al considerar que la reelección solo es válida una vez de forma continua. Desde entonces, el ex presidente promueve el voto nulo y ha calificado de “traidor” a Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y principal candidato de izquierda. Con quien rompió tras rechazar una supuesta oferta para ser su vicepresidente. “No me insulte mandando ese mensaje que vamos a dar vicepresidencia, no habrá eso, compañeros, jamás, tengo dignidad”, declaró Morales en redes sociales. Tanto Rodríguez como la alianza Popular niegan que tal propuesta existiera.
La izquierda boliviana enfrenta una división histórica
Evo Morales perdió el liderazgo del MAS, partido en el poder desde 2006, y renunció a su afiliación para formar Evo Pueblo, que no participa en la contienda por carecer de personería jurídica. El MAS, debilitado, postuló a Eduardo del Castillo, ex ministro de Gobierno, quien apenas alcanza el 3% de intención de voto, según encuestas. Rodríguez, con cerca del 7%, es el candidato progresista mejor posicionado, aunque lejos de los favoritos. El voto nulo o en blanco, impulsado por Morales, ronda el 30%, pero la ley electoral solo contabiliza sufragios válidos.
La crisis económica agrava el clima electoral, con el presidente saliente, Luis Arce, enfrentado a Morales desde 2021 por el control del MAS. Arce declinó buscar la reelección, dejando un vacío en el liderazgo progresista. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) permite cambios de candidaturas hasta el 13 de agosto, lo que podría alterar la contienda en su etapa final.
Los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y legisladores en un contexto de incertidumbre política y social. Con el riesgo de movilizaciones si los resultados favorecen a la derecha. La jornada electoral del domingo será decisiva para el futuro de Bolivia tras dos décadas de dominio de la izquierda.