El ceibo (Ceiba trichistandra) no solo es un símbolo natural y cultural de Manabí, sino también una fuente de inspiración artística y espiritual. Este árbol emblemático fue reconocido el 17 abril de 2015 tras una resolución del Gobierno Provincial por su rol ecológico, pero su tala indiscriminada sigue afectándolo para dar paso, principalmente, a urbanizaciones y cultivos.
A continuación, conozca ocho curiosidades sobre el ceibo, desde la creencia de antiguas culturas como árbol sagrado, hasta su relevancia ecológica y artística.
1. Patrimonio cultural: Declarado en 2015 “Patrimonio Natural y Símbolo de la Identidad Cultural de Manabí”, el ceibo destaca en los bosques secos tropicales, especialmente en el valle de Jipijapa. Su presencia refuerza la identidad manabita.

2.Gigante protector: Alcanza hasta 40 metros de altura y 4 metros de diámetro, con raíces tablares que previenen la erosión. Su imponente figura inspira obras artísticas, como pinturas de Ivo Uquillas y José Loor.

3. Defensa natural: En sus primeras décadas, su tronco está cubierto de espinas cónicas, protegiéndolo de roedores. Esta característica simboliza resiliencia, un tema recurrente en el arte local.

4. Usos artesanales: La lana de sus frutos se usa para colchones y almohadas, mientras que la pasalla (fibra de la corteza) sirve para cuerdas. Estos productos inspiran artesanías que reflejan la cultura manabita.

5. Vínculo ancestral: La Cultura Manteña usaba su lana para tejer mantas, comerciadas en el Pacífico. Este legado cultural se refleja en expresiones artísticas que celebran la conexión indígena con el ceibo.

6. Ecosistema vital: Como “árbol paraguas”, protege aves y mamíferos, y sus flores rojas atraen colibríes. Esta biodiversidad inspira obras que destacan su rol ecológico, como murales en Portoviejo.

7. Árbol sagrado: El ceibo era considerado sagrado por la Cultura Manteña debido a su longevidad (hasta 150 años) y su rol como refugio de vida. Se creía que albergaba espíritus protectores, y su madera se usaba en rituales, reforzando su aura mística en la cosmovisión indígena. Además, en la cosmovisión indígena, la población Maya, en el periodo preclásico (2500 a.c.), fue una de las principales sociedades que tuvo al ceibo como un árbol sagrado.
