La historia entre Irán e Israel no siempre fue de confrontación. Antes de que se desatara el conflicto actual, ambos países compartieron relaciones diplomáticas y cooperación estratégica. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979 en Irán cambió por completo el rumbo de esta relación.
Analistas internacionales coinciden en que “la animadversión hacia Israel fue un pilar del nuevo régimen iraní debido a que muchos de sus líderes tenían simpatía por la causa palestina”. El nuevo Irán rompió relaciones con Tel Aviv y cedió su embajada a la OLP.
Con el tiempo, Teherán empezó a proyectarse como potencia panislámica, tomando como bandera la defensa de Palestina. Las manifestaciones propalestinas se convirtieron en una constante en la capital iraní, y el país endureció su postura antiisraelí.
De la diplomacia al enfrentamiento indirecto
Durante las décadas siguientes, la hostilidad entre ambos países se expresó mediante acciones indirectas y operaciones encubiertas, sin declararse abiertamente la guerra.
Datos clave del deterioro:
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1979: Irán rompe relaciones con Israel tras la revolución.
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Década de 1990: Comienza la “guerra en la sombra” con ataques no atribuidos oficialmente.
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1992: Bombardeo a la embajada israelí en Buenos Aires por grupos afines a Irán.
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Década de 2000: Israel sabotea el programa nuclear iraní con el virus Stuxnet.
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2011: Siria se convierte en nuevo campo de batalla indirecto entre ambos.
En este conflicto subterráneo, Irán impulsó el “eje de la resistencia”, con presencia en Gaza, Líbano, Siria, Yemen e Irak, financiando y armando a grupos como Hezbolá y Hamás.
El conflicto salta a la superficie
A pesar del constante cruce de agresiones indirectas, no fue hasta abril de 2024 que la situación escaló a niveles directos. Israel atacó una sede diplomática iraní en Damasco, provocando la muerte de 13 personas, incluidos altos mandos de la Guardia Revolucionaria.
La respuesta iraní llegó el 13 de abril, con el lanzamiento de decenas de drones y misiles hacia territorio israelí. Israel replicó con ataques directos en suelo iraní seis días después, el 19 de abril.
Del 7 de octubre al 21 de junio: una escalada sin precedentes
El punto de inflexión fue el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Israel respondió con una ofensiva masiva sobre Gaza, y aunque al principio Irán se mantuvo en la retórica, desde abril de 2024 entró directamente en el conflicto.
El último gran capítulo se escribió el 21 de junio de 2024, cuando Estados Unidos lanzó un ataque militar contra objetivos en Irán, en apoyo a Israel. La ofensiva israelí previa del 13 de junio había elevado la tensión a niveles críticos.
Una guerra de múltiples frentes en Medio Oriente
Desde el ciberespacio hasta los mares de Medio Oriente, el conflicto se ha manifestado en múltiples frentes:
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Ciberataques: Israel e Irán han sido víctimas mutuas de sabotajes digitales.
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Guerra naval: Ataques a buques en el mar Rojo y el golfo de Omán.
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Conflicto en Siria: Apoyo iraní a Bashar al Asad; ataques israelíes a convoyes armados.
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Lucha por la narrativa: Ambos gobiernos buscan apoyo internacional para justificar sus acciones.
Aunque la “guerra en la sombra” ha durado décadas, la situación actual es distinta. El intercambio directo de fuego, con participación de potencias como EE.UU., marca un antes y un después.
Los analistas advierten que, si no se contiene, el conflicto podría arrastrar a toda la región. Lo que empezó como una disputa ideológica, ahora se ha transformado en una confrontación geopolítica con efectos globales.