El Municipio de Guayaquil impulsa un proyecto para mejorar la circulación vehicular en la avenida Juan Tanca Marengo, una de las arterias más transitadas del norte de la ciudad. Con una inversión de USD 13,4 millones, la obra es financiada parcialmente por el programa CAF del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
La construcción, adjudicada en junio de 2025, se centra en la intersección con la avenida Rodrigo Chávez González, un punto crítico de congestión. Este proyecto, con un plazo de ejecución de 20 meses, incluye la edificación de dos pasos elevados para agilizar el tráfico. Además, forma parte de un plan integral que aborda los desafíos actuales y futuros de la ciudad, informó el municipio.
La avenida Juan Tanca Marengo soporta diariamente más de 89.000 vehículos, lo que equivale a unos 115.700 transeúntes. Esto considerando un promedio de 1,3 ocupantes por automotor. En horas pico, la velocidad de circulación cae por debajo de los 10 km/h, y las filas de vehículos superan los 300 metros. Esta situación afecta a conductores y peatones, especialmente en una zona que concentra sedes empresariales, centros médicos y tres instituciones educativas reconocidas.
Un proyecto integrado en la Juan Tanca Marengo
La nueva infraestructura busca eliminar cuellos de botella, reducir tiempos de desplazamiento y mejorar la seguridad peatonal. Los sectores beneficiados incluyen Urdesa Norte, Urdenor 1 y 2, Ciudad Colón, Bosques del Salado y Martha de Roldós. Este proyecto se suma a otras iniciativas recientes del Municipio de Guayaquil para optimizar la movilidad urbana.
Por ejemplo, la solución vial en la avenida del Bombero, ya adjudicada, y la recién habilitada en la avenida de Las Américas. Estas obras, también financiadas parcialmente por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, responden a la necesidad de aliviar la congestión en sectores clave.
En conjunto, representan una inversión estratégica para anticiparse al crecimiento de la ciudad, que proyecta un aumento en la demanda de infraestructura vial. La visión de Guayaquil como una ciudad “próspera, segura y resiliente” impulsa estas intervenciones, según el Municipio. La avenida Juan Tanca Marengo, como corredor clave que conecta la Vía a Daule con la avenida de Las Américas, se transformará en un eje más eficiente.
Antecedentes de obras similares en Guayaquil
El Municipio de Guayaquil cuenta con un historial de proyectos viales que han transformado la ciudad. En 2019, invirtió USD 1,15 millones en la ampliación de la avenida Juan Tanca Marengo, a la altura de la ciudadela Martha de Roldós. Esa obra incluyó la reconstrucción de tramos con pavimento de hormigón, aceras, bordillos y un colector de aguas lluvias para mejorar el drenaje en época invernal.
Financiada por el Banco de Desarrollo de América Latina, esta intervención benefició a miles de habitantes y conductores. Asimismo, en febrero de 2025, el alcalde Aquiles Álvarez habilitó una solución vial en la misma avenida, que estuvo abandonada durante cuatro años y que ahora beneficia a 14.000 vehículos diarios. Por otro lado, el Programa Integral de Vialidad, Movilidad, Agua Potable y Alcantarillado, financiado por CAF, ha permitido pavimentar calles y mejorar infraestructuras en zonas populares como Flor de Bastión y Pascuales.</p>
La obra en la avenida Juan Tanca Marengo se alinea con esta trayectoria, priorizando la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, el alcalde Alvarez ha señalado que el diseño de proyectos heredados, como el paso elevado inaugurado en 2025, no siempre es óptimo, lo que obliga a ajustes adicionales, como la ampliación de carriles.
Impacto esperado y desafíos
Según el municipio de Guayaquil, la nueva infraestructura en la avenida Juan Tanca Marengo promete reducir significativamente los tiempos de viaje y mejorar la seguridad en una zona de alta densidad. Los pasos elevados facilitarán el flujo vehicular, mientras que las mejoras peatonales beneficiarán a estudiantes, trabajadores y residentes.
Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos, como la reubicación de tuberías de drenaje y agua potable, necesarias para ampliar la vía de dos a tres carriles en algunos tramos. Estas obras complementarias, iniciadas en febrero de 2025, buscan recuperar el ancho original de la avenida, afectado por construcciones previas. La Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) también planea cerrar accesos secundarios, como el de la ciudadela San Felipe, para optimizar el tráfico.
La finalización de este proyecto, prevista para 2027, marcará un hito en la modernización de la infraestructura vial de la Perla del Pacífico.
