Marianne Delcourt, una granjera de 48 años, resultó despojada de su granja orgánica en Occitania, al sur de Francia. Esto tras el descubrimiento de un yacimiento de oro de siete toneladas en su terreno. El Estado francés, amparado en la legislación que otorga al gobierno los derechos sobre recursos subterráneos, requisó la propiedad por considerarla de “interés público”. La mujer se quedó sin nada ya que se trata de un caso de “seguridad nacional”, según el Gobierno francés.
El hallazgo ocurrió cuando la granjera Delcourt decidió perforar un pozo de agua. Anomalías en el terreno alertaron a los expertos, y un equipo de geólogos confirmó la presencia de oro puro. Las autoridades emitieron de inmediato una orden de requisición, dejando a Delcourt sin su propiedad, donde había trabajado durante más de 20 años. “Pensé que sería una bendición y se convirtió en una maldición”, dijo la mujer.
Granjera perdió sus tierras sin compensación
La granja de Delcourt, reconocida por sus productos orgánicos y su compromiso con la sostenibilidad, era un pilar para la comunidad local. “He invertido mi vida en esta granja, respetando la naturaleza y brindando productos saludables. ¿Y ahora tengo que renunciar a todo porque el Estado encontró oro?”, expresó la afectada, cuya situación ha generado indignación. Vecinos y activistas han organizado protestas y manifestaciones en apoyo a Delcourt.
Un caso similar ocurrió en Auvernia, donde Michel Dupont, un agricultor de 52 años, descubrió oro en un arroyo de su terreno. Tras confirmarse la autenticidad del hallazgo, valorado en más de 4 mil millones de euros, el Gobierno francés aplicó la misma legislación, despojando a Dupont de sus derechos sobre el recurso. “En Francia, todo lo que yace bajo la superficie pertenece al Estado”, señala una publicación de Gizmodo.
La comunidad exige transparencia y soluciones
La legislación francesa establece que los yacimientos minerales subterráneos son propiedad del Estado, independientemente de quién posea la superficie. Esta norma, diseñada para proteger recursos estratégicos, ha generado controversia en casos como los de Delcourt y Dupont. En casos como esos los propietarios pierden sus tierras sin compensaciones claras.
Expertos consultados por medios locales estiman que el yacimiento en Occitania podría tener un impacto económico significativo, no se han precisado detalles sobre posibles indemnizaciones para los afectados. La situación de la granjera Delcourt ha puesto en el centro del debate la tensión entre los derechos individuales y el interés público.
Mientras las autoridades avanzan con la explotación del yacimiento, la comunidad sigue exigiendo transparencia y soluciones para los propietarios despojados. Por ahora, Marianne Delcourt enfrenta la pérdida de su granja y un futuro incierto, mientras su caso continúa ganando atención en Francia y más allá.