Finch Bay, un lugar en Galápagos que ofrece otra conexión con la naturaleza
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Va anocheciendo, y desde el balcón de la habitación se escucha el murmullo del agua en un estanque allá abajo, en el centro del jardín, mientras una pareja camina por uno de los senderos hechos de madera.
Se encienden tenues luces internas en el jardín del Finch Bay Hotel Galápagos (www.finchbayhotel.com) en Puerto Ayora, isla Santa Cruz,
acentuándose la magia de este lugar, enclavado en un entorno de naturaleza, mientras en el mar cercano se ven algunos barcos que también se van iluminando.
Algunos pasajeros que han hecho un crucero por las islas del norte del
archipiélago a bordo del yate La Pinta han decidido terminar su periplo turístico en este hotel de la compañía Metropolitan Touring, donde también ofrecen excursiones, pero sobre todo una oportunidad de relax.
Otros viajeros han llegado directamente a este hotel, cuyo gerente, el quiteño Renato Vásconez, explica que si bien tienen normalmente visitantes nacionales, ahora se han incrementado debido a la pandemia.
Sobre los servicios que tienen, menciona que hay “una piscina de agua dulce, la única de la isla. Es una piscina de agua temperada, por eso no la cerramos; entonces, si alguien quiere disfrutar por las noches, puede pedir que enciendan las luces y así bañarse. El agua de la piscina se calienta con paneles solares. También tenemos un spa”.
En medio de un barrio peatonal. El hotel tiene más de 40 años de historia, de la cual los últimos 20 años están bajo la órbita del Grupo Futuro, al que pertenece Metropolitan Touring, y actualmente el establecimiento hotelero es cuatro veces más grande que en sus orígenes, precisa el gerente.
“Las instalaciones que ofrecemos a nuestros huéspedes son algo único en esta zona. Estamos en un sitio privilegiado, somos el único hotel con acceso directo a una playa aquí en Santa Cruz”, dice.
Además, en referencia al lugar en que se encuentra, y tomando en cuenta que se debe caminar para acceder a los distintos lugares, indica que “somos el único barrio peatonal del Ecuador; estamos cerca del pueblo pero alejados a la vez, sin ruidos”.
Además resalta el cuidado del ambiente en el que Metropolitan Touring está comprometido y que le ha merecido la certificación como Empresa Carbono Neutro.
“Tenemos un compromiso medioambiental; nosotros ayudamos al turista a proteger Galápagos, y el ecuatoriano que llega aquí debe sentirse orgulloso, porque está ayudando a esa protección. Así, todo lo que nosotros emitimos lo medimos, y compensamos nuestra huella de carbono, para evitar el calentamiento global. La compensación la hacemos en la región del Chocó (región biogeográfica litoraleña que abarca desde Panamá a Ecuador), porque hay empresas Carbono Neutro que envían el dinero a un bosque en Singapur, en Malasia; en cambio aquí va al Chocó, donde está el 65 por ciento de la biodiversidad del planeta. Lo que se quiere hacer son corredores biológicos, entonces invertimos dinero con Fundación Futuro, que empezó con 1.500 hectáreas de bosques (que absorben el carbono), ahora son 2.500 y nuestra meta es llegar a 14 mil hectáreas”, precisa.
En cuanto a las acciones que llevan a cabo desde el hotel, dice que “también
hacemos limpieza de la playa todos los días. Hay gente que nos dice ‘¿por qué no colocan un basurero?’ Es que estamos en una reserva natural: si traes tu basura, te llevas tu basura. Adicionalmente ayudamos a mantener manglares, que son una barrera. También tenemos una planta de tratamiento de agua con biobacterias”.
Para conocer un lugar único. “La gente viene a Galápagos a conocer las islas, y nosotros brindamos esa facilidad. Vamos en yate a distintas islas: Seymour Norte, Bartolomé, Santa Fe. Tenemos un lugar en el sector de la piscina, donde se planean las excursiones y luego se sale en un yate de la empresa hacia los distintos destinos”, indica Renato Vásconez.
Cuenta sobre un huésped que llevó a sus hijas, para conocer la naturaleza de Galápagos, y luego dejó su testimonio: ‘Aquí están aprendiendo más que en la escuela’. “Ese es otro servicio que nosotros damos: hacer la conexión con la naturaleza. Tenemos varios tipos de expediciones: la ‘over sea’ (sobre el mar), que permite navegar en nuestro yate, con un guía, para conocer islas que no están habitadas. También está la ‘over land’ (sobre la tierra), se van a ver sitios de anidación de torturas, puedes nadar con tortugas marinas. Ofrecemos el ‘over here’ (aquí): ¿Hay huéspedes a los que les gusta trotar? ¡Pues vamos a trotar! Hay lugares fascinantes, en una práctica de snorkeling se pueden ver rayas, un barco hundido”.
Resaltando algo que para él es fundamental, dice que “lo mejor del hotel es el staff, el equipo humano. Un mesero que te canta, un chef que va a trotar contigo, un pastelero que sale a nadar, y los huéspedes comparten. Esa es la magia. Nuestra meta es que cada huésped se vaya contento, que tenga una experiencia única”.
Sobre el incremento del turismo nacional en el marco de la pandemia, afirma: “Nosotros sabemos qué le gusta al ecuatoriano. Para mí es un orgullo, yo conozco Galápagos desde niño, y hay gente que dice: ‘por el precio que voy a Galápagos me voy a Chile, Miami, Europa’. Pero tras conocer Galápagos, aseguran: ‘está bien pagado’. Llegan acá, y dicen: ‘esto es un paraíso’.
Entonces, esta es una oportunidad para el ecuatoriano, para conocer lo que tiene. Jacques Cousteau dijo que los dos mejores sitios para bucear son Australia y Galápagos”.
Buenos sabores cerca del mar. Andrés Orlando es el chef ejecutivo del Finch Bay. Es oriundo de Guayaquil, pero en su infancia vivió en Galápagos y luego regresó al continente para terminar sus estudios.
Ahora está de nuevo en el archipiélago. Llegó al mundo de la cocina por una sugerencia de su madre, cuando estaba decidiendo su futuro profesional. “En la época de colegio me atraía mucho el arte. Aprendí a cocinar estudiando y por medio de la experiencia, en los lugares donde trabajé. Estudié gastronomía en Guayaquil, me gradué como tecnólogo y luego hice la licenciatura en la Universidad de las Américas en Quito”, explica.
Sobre la labor de cocinar comenta que usualmente se ve el resultado, pero no el proceso que lleva. “Se ve al chef con el uniforme, pero detrás hay mucho esfuerzo”, dice.
Por otra parte destaca el hecho de ser chef en un hotel como el Finch Bay: “Es una experiencia muy bonita, y además el hecho de que sea en Galápagos, yo creo que es la corona del Ecuador, un lugar al que llega gente de todas partes del mundo. Y, al ser así, es muy exigente; viene gente que ha comido en los mejores restaurantes del mundo y tiene expectativas muy altas, entonces eso implica un mayor grado de responsabilidad”.
Refiriéndose a la gastronomía que ofrece el hotel, precisa que “si bien hacemos platos conocidos internacionalmente, tratamos de usar la mayor parte de productos ecuatorianos, y hemos tenido buenos resultados. El producto ecuatoriano es de primera calidad, siendo uno de los motivos de la aceptación del público extranjero también”.
Destaca el hecho de que actualmente hay mayor afluencia de turistas nacionales y “en cuanto a preferencias gastronómicas, hemos tenido buena aceptación de nuestra propuesta, por ejemplo en los desayunos: desde tostadas francesas, waffles, pancakes, hasta el tigrillo, majado de verde, tortillas de quinua, de choclo”.
También afirma que el visitante extranjero aprecia mucho los platos con atún, ya que existe justamente la variedad del atún aleta amarilla de Galápagos, entonces “quieren probarlo, y lo piden con su término de preferencia”.
Los “cuidadores del futuro”. Desde el año pasado, por la pandemia, Metropolitan Touring también trabajó en el aspecto social interno. Así, por ejemplo, entregaron kits de alimentos a las personas más vulnerables, tanto en Galápagos como en Quito; se implementaron clases de verano para los niños y además hubo clases de baile, ejercicios y yoga de manera virtual para todo el personal. También han ayudado con pruebas PCR para el personal y familiares.
Tamara Karolys, directora de Relaciones Públicas de la empresa, señala
respecto del turismo: “Buscamos inspirar que hoy, que el gasto es consciente, prudente y cauteloso, sea menos en ‘cosas’ y más en vivencias. El tiempo de la vida es precioso, invertir en viajes es satisfactorio”.
Y recomienda: “Crea historias que nunca olvidarás”. Conectado con esto, también invita a “sacar del mundo ‘virtual’ a los niños y jóvenes, y sumergirse en el mundo natural, retarlos a bañarse en una cascada, a descubrir la vida silvestre de cerca, que los hará personas más conscientes, nuestros embajadores y cuidadores del futuro”.