El asesinato de la abogada María Belén Bernal cometido por su esposo, un teniente de la Policía ahora prófugo, ha obligado a repensar cómo se afronta la violencia de género en el país, reconoció el ministro de Inclusión Económica y Social, Esteban Bernal.
En una entrevista con Efe durante el decimocuarto Foro Ministerial de Desarrollo Sostenible de América Latina y el Caribe, el ministro aseguró que “este execrable y penoso hecho, sin duda nos ha puesto por medio a los ecuatorianos un nuevo repensamiento de cómo afrontar esta perversa realidad de violencia de género”.
El caso de María Belén Bernal ha conmocionado a un país que ya acumula más de 200 feminicidios desde inicios de 2022, la cifra más alta desde que este delito se tipificó en 2014, según reportan las organizaciones feministas, que califican este asesinato como un “crimen de Estado” al haberse producido presuntamente en un recinto de la Policía.
La abogada desapareció el 11 de septiembre cuando acudió a la Escuela Superior de Policía, ubicada al norte de Quito, para visitar a su esposo, el teniente Germán Cáceres, que ejercía de instructor en ese centro de formación de policías, y su cuerpo fue hallado diez días después en un cerro cercano a esa sede policial.
Mientras, Cáceres sigue prófugo y ha sido incluido en la lista de las personas más buscadas del país, con una recompensa de hasta 20.000 dólares para quien proporcione información que permita capturarlo y con una alerta roja internacional lanzada por la Interpol en 195 países.
MESA CON GRUPOS FEMINISTAS
En el marco de este caso, el ministro destacó el anuncio realizado a finales de la semana pasada por el Gobierno para abrir una mesa de diálogo con organizaciones feministas, con una dinámica similar a la llevada a cabo en estos meses con el movimiento indígena, que lideró las protestas de junio contra la carestía de la vida y la política económica del presidente Guillermo Lasso.
“La violencia de género se tratará en una mesa específica para un diálogo con las organizaciones de mujeres a nivel nacional para receptar sus inquietudes, para ser escuchadas, para implementar una política pública con sus realidades, lo que no se ha hecho nunca en el Ecuador”, aseveró el funcionario.
El titular de la cartera de Inclusión Económica y Social reconoció la importancia que tiene su sector en brindar especialmente oportunidades e independencia económica a multitud de mujeres de las zonas rurales de Ecuador que, en frecuentes ocasiones, son víctimas de violencia por parte de sus parejas.
“Al haberlo identificado, estamos generando estos programas para lograr que la mujer de los sectores de pobreza y pobreza extrema reconciban su vida, mejoren la condición económica y contribuyamos a una mejor sociedad”, sostuvo el ministro.
SINERGIA CON MOVIMIENTO INDÍGENA
Sobre el diálogo con el movimiento indígena y campesino, Bernal manifestó su confianza en que las movilizaciones no regresarán después de que el 12 de octubre culmine el plazo acordado de 90 días para abordar en mesas de diálogo los diez puntos del pliego de demanda de las organizaciones sociales.
“Se han logrado grandes acuerdos. Varias mesas han sido ya cerradas. Hay temas puntuales donde aún no logramos esa coincidencia, pero tengo fe. Estoy convencido porque hay voluntad de los sectores. Somos parte de un mismo país, respetuoso de una Constitución que nos cobija, y de normas y leyes que nos rigen”, señaló.
El ministro aseguró que entre el Gobierno y las organizaciones indígenas hay “enormes coincidencias” y que “son bajísimas las diferencias, y eso solo se puede lograr cuando nos sentamos en mesas donde la tolerancia sea fundamental”.
DESNUTRICIÓN, UNA PRIORIDAD
Sobre el plan para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), tema central del Foro Ministerial que se llevó a cabo en Cuenca, el ministro resaltó que la reducción de la desnutrición crónica infantil es una absoluta prioridad para el Ejecutivo ecuatoriano.
Frente a una de las tasas más altas de Latinoamérica, que bordea casi el 30 % de desnutrición crónica en menores de 2 años, el ministro admitió que puede parecer poco el objetivo de bajar seis puntos porcentuales para 2025, pero apuntó que esa meta implica un gran esfuerzo.
“Dadas las circunstancias pospandémicas nos hace que asentemos los pies en la tierra, pero aspiramos a que esta política sea de Estado, no de gobierno, y que la continúe cualquier gobierno que venga después, sea de cualquier corte ideológico”, agregó.
El ministro indicó que toman como ejemplo a Perú, que en los últimos años logró una reducción sostenida de la desnutrición crónica infantil.
Respecto a la necesidad de un mayor gasto estatal para alcanzar los ODS, Bernal indicó que “con muy poquito se puede hacer mucho si se sabe distribuir bien” el dinero y que el Gobierno de Lasso prefiere ser uno que “hace mucho e informa poco” que no como otros que “hacen poco e informan mucho”. EFE