Luis Enrique Martinelli Linares, hijo del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli (2009-2014), se declaró este jueves culpable de blanqueo de dinero en una trama relacionada con la constructora brasileña Odebrecht.
Martinelli Linares cambia así su testimonio del pasado 16 de noviembre cuando se declaró “no culpable” del mismo delito en su primera comparecencia ante la Justicia estadounidense un día después de haber sido extraditado desde Guatemala, donde se encontraba detenido.
Con la declaración de hoy, Martinelli Linares, que evita así el juicio, se arriesga a una pena máxima de 20 años de cárcel y podrá apelarla solo si la pena de cárcel total suma más de 152 meses (doce años y medio), dijo el juez.
Su abogado, James McGovern, aseguró en el momento de su extradición que su intención era declararse culpable desde el primer momento, y si no lo hizo fue porque no alcanzó un acuerdo con la Fiscalía.
En su comparecencia ante el juez, Martinelli Linares, vestido de caqui, admitió de viva voz haber participado en “sobornos” así como haber ordenado transferencias que hizo desde bancos suizos a cuentas de Estados Unidos, delitos en los que también implicó a su hermano Ricardo Alberto, pendiente de extradición.
Tanto Luis Enrique como Ricardo Alberto Martinelli Linares están acusados de “conspiración con terceros para lavar aproximadamente 28 millones de dólares en pagos de sobornos hechos por y bajo la dirección de Odebrecht a un funcionario de alto rango en ese entonces del Gobierno de Panamá, que era un pariente cercano de los acusados”.
La compañía Odebrecht fue condenada en 2017 en un tribunal de Nueva York por el pago de 788 millones de dólares en sobornos en doce países de Latinoamérica y África.
Los pagos se hicieron en relación con “más de cien proyectos en doce países, incluidos Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela”, según los documentos del tribunal.