Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario HM Montepríncipe (Madrid) logró implantar con éxito un marcapasos MICRA epicárdico en una recién nacida prematura de 2 kg. Se convirtió en el primer caso de este tipo en la sanidad privada de España. El dispositivo fue adaptado para su tamaño y permitió salvar la vida de la bebé. Esta nació con una frecuencia cardíaca de 42 latidos por minuto.
Un caso crítico desde la gestación
La madre acudió a consulta a las 22 semanas de embarazo por una arritmia fetal. La doctora Sandra Villagrá Albert, jefa de la Unidad de Cardiopatías Congénitas del hospital, explicó que la ecocardiografía fetal detectó una bradicardia extrema de 53-55 latidos por minuto. Era un cuadro comparable a una parada cardíaca.
Contra todo pronóstico, el feto logró mantenerse con vida gracias a un seguimiento semanal exhaustivo. Alcanzó las 35 semanas de gestación antes de practicarse una cesárea programada.
Al nacer, la recién nacida presentaba una frecuencia cardíaca de 42 latidos por minuto. Esto activó un operativo médico coordinado entre ginecólogos, pediatras, cardiólogos, cirujanos cardiovasculares e intensivistas. Ellos trabajaron de forma simultánea para estabilizarla.
La adaptación del marcapasos: una innovación sin precedentes
Inicialmente, se intentó regular el ritmo cardíaco mediante tratamiento farmacológico y marcapasos externos, sin éxito. La doctora Villagrá explicó que el principal desafío era hallar un dispositivo definitivo que pudiera adaptarse a un cuerpo tan pequeño. El modelo más pequeño del mercado resultaba inviable por su tamaño y riesgos asociados.
El equipo liderado por el doctor Juvenal Rey Lois, cirujano cardíaco, decidió adaptar un marcapasos MICRA sin cables. Este fue diseñado originalmente para adultos y encapsulado para un implante epicárdico, directamente sobre la superficie del corazón.
Este procedimiento —que solo se había realizado en muy pocos casos en el mundo— fue llevado a cabo tras un complejo proceso de autorizaciones clínicas y técnicas. Se contó con la colaboración de la compañía Medtronic.
Un logro de la medicina multidisciplinar
“El reto era encontrar un marcapasos definitivo que pudiera adaptarse al cuerpo de una recién nacida de apenas dos kilos. El MICRA, por su tamaño y características, se convirtió en la mejor opción. Aunque su adaptación epicárdica apenas contaba con precedentes”, señaló el doctor Rey Lois.
Por su parte, la doctora Villagrá destacó el componente emocional y humano del caso: “Desde la semana 22 vivimos cada ecografía con incertidumbre, sabiendo que lo habitual con una bradicardia tan severa era que el corazón dejara de latir. Ver hoy a esta niña en casa, ganando peso, es la mejor recompensa para todo el equipo”.
Un avance para la cardiología pediátrica
El hospital calificó la intervención como un hito clínico y tecnológico, destacando que combina innovación médica, precisión quirúrgica y trabajo en equipo. Actualmente, la bebé se encuentra estable y en casa, bajo seguimiento médico constante.
El caso sienta un precedente importante para el tratamiento de bradicardias severas en neonatos. Esto es especialmente relevante en contextos donde las opciones convencionales de marcapasos no son viables por el tamaño del paciente.