El parque automotor de Santo Domingo de los Tsáchilas sumó 106.582 vehículos en 2024, según el INEC, ubicando a la provincia en el octavo lugar nacional. Existe un crecimiento del 3,11% frente a 2023, impulsado por el dinamismo económico y el acceso al crédito vehicular.
Crecimiento sostenido del parque automotor
Desde 2021, la provincia muestra un crecimiento constante: de 82.508 vehículos en 2021 a 98.783 en 2022. Luego de 103.372 en 2023, hasta llegar a la cifra actual. Aunque el ritmo de incremento disminuyó levemente, la tendencia sigue estable.
A nivel nacional, Ecuador cerró 2024 con 3.138.562 vehículos matriculados, de los cuales Santo Domingo representa el 3,39%. Provincias como Guayas, Pichincha y Manabí lideran en volumen, pero Santo Domingo se mantiene competitivo frente a territorios de similar tamaño.
Las motocicletas predominan en zonas urbanas y rurales, seguidas por automóviles y camionetas. La mayoría corresponde a uso particular (92,38%), mientras que apenas el 6,68% pertenece a transporte público o de alquiler. En Ecuador, la tasa de matriculación de 2024 fue de 174,69 vehículos por cada 1.000 habitantes. Santo Domingo ha mantenido cifras por encima del promedio nacional en años recientes, lo que refleja un dinamismo superior a la media.
Congestión en zonas de Santo Domingo
Expertos en ingeniería civil advierten que el crecimiento vehicular genera congestión, contaminación y siniestralidad en una malla vial que no se moderniza al ritmo de la demanda. Luis Aguilar, del Colegio de Ingenieros Civiles, señaló que muchas vías son estrechas y carecen de control semafórico eficiente.
Desde una óptica económica, el aumento de vehículos impulsa actividades como talleres mecánicos, gasolineras, concesionarias y servicios de reparto, consolidando a Santo Domingo como un nodo logístico estratégico entre Sierra y Costa.
No obstante, la urbanista Paola Loor alerta sobre un patrón de crecimiento urbano desordenado y sin políticas claras para promover transporte público o alternativas sostenibles. La dependencia del vehículo particular se ha convertido en un círculo vicioso: más autos generan más congestión, lo que desincentiva el uso de un transporte público que también resulta insuficiente.
Dinamismo comercial y nuevas oportunidades
El incremento vehicular se traduce en mayor movimiento comercial. La presencia de camionetas y camiones livianos ha facilitado la circulación de mercancías y el transporte interprovincial, vital para una provincia ubicada en el corredor estratégico que conecta la Sierra con la Costa.
A su vez, la expansión de las motocicletas ha potenciado la economía informal y el comercio electrónico, con un crecimiento de servicios de mensajería y entrega a domicilio. Para los especialistas, este fenómeno evidencia que la movilidad se ha convertido en un motor económico, aunque plantea retos en seguridad vial y sostenibilidad ambiental.
El crecimiento del parque automotor en Santo Domingo de los Tsáchilas es reflejo de su dinamismo económico y comercial, pero también un desafío urbano que demanda planificación vial, según expertos (21).