El pollo a la naranja, un plato de origen chino adaptado en Estados Unidos, se prepara con ingredientes simples como pollo, jugo de naranja y salsa de soja.
Se trata de un platillo ideal para cenas familiares, debido a su rico sabor y fácil preparación.
Origen del pollo a la naranja
El pollo a la naranja, conocido como chén pí jī en mandarín, tiene sus raíces en la provincia de Hunan, China, donde se elaboraba con cáscara de mandarina seca.
En la década de 1960, inmigrantes chinos en Estados Unidos adaptaron la receta, reemplazando la mandarina por jugo de naranja fresco, más accesible, dando origen a la versión popularizada en restaurantes chino-estadounidenses.
Actualmente es un plato muy popular en casi todo el mundo, incluidos países latinos como Ecuador y Colombia.
Ingredientes y preparación
Para preparar este plato se necesitan 500 gramos de pechuga de pollo, cortada en cubos, 1 taza de jugo de naranja natural, 3 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de miel, 1 cucharada de maicena, ajo, jengibre y aceite vegetal. La receta rinde para 4 personas y toma aproximadamente 30 minutos.
Para su preparación, primero marina el pollo en una mezcla de salsa de soja, maicena y jengibre rallado durante 15 minutos. Fríe los trozos en aceite vegetal a fuego medio hasta que estén dorados, unos 5-7 minutos.
En una sartén aparte, combina jugo de naranja, miel, salsa de soja, ajo picado y una pizca de maicena para espesar la salsa. Cocina esta mezcla a fuego bajo hasta que hierva, unos 3 minutos.
Integra el pollo frito a la salsa y cocina por 2 minutos más para impregnar los sabores. El plato se sirve caliente, decorado con rodajas de naranja o cebollín picado. La receta es versátil y permite ajustar la dulzura o acidez según el gusto, usando más miel o jugo de limón.
Acompañamientos ideales para el pollo a la naranja
El pollo a la naranja combina perfectamente con arroz jazmín al vapor, que equilibra su sabor intenso y absorbe la salsa. También se recomienda acompañarlo con brócoli salteado, que aporta una textura crujiente y un contraste saludable.
Otra opción es una ensalada de pepino con vinagre de arroz, común en la cocina asiática, que refresca el paladar.
En restaurantes chino-estadounidenses, este plato es un clásico, servido con fideos chow mein o arroz frito. Estas guarniciones, ricas en carbohidratos, complementan la proteína del pollo y la acidez cítrica de la salsa.
Contexto gastronómico
El pollo a la naranja es un ejemplo de la fusión culinaria chino-estadounidense, surgida en la década de 1960 en comunidades inmigrantes de California.
Platos similares, como el pollo General Tso, reflejan esta adaptación de sabores asiáticos al gusto occidental. Su popularidad creció gracias a su simplicidad y el equilibrio entre dulce, salado y cítrico.
Fuentes culinarias, como libros de cocina asiática y portales gastronómicos, destacan que la receta casera permite controlar la calidad de los ingredientes, siendo una opción económica y saludable frente a versiones comerciales.