El hambre se ha convertido en una amenaza tan letal como las bombas para la población de Gaza, donde más de 132.000 niños menores de cinco años están en riesgo de morir por desnutrición grave. Los últimos datos confirman la existencia de hambruna en la zona centro y norte de la Franja, y alertan de que esta crisis se extenderá a otras áreas. La falta de alimentos, agua y atención médica es la causa principal de esta situación, exacerbada por los constantes bombardeos y los desplazamientos forzosos de la población civil.
La amenaza invisible: el hambre como arma de guerra
Tras casi dos años de guerra, el conflicto en Gaza ha devastado la infraestructura, el sistema de salud y los servicios básicos, lo que ha generado una emergencia humanitaria sin precedentes. Las imágenes que llegan desde la Franja son desgarradoras: niños que se apagan lentamente y padres desesperados por la falta de recursos para alimentarlos-
Las organizaciones humanitarias han alertado que los indicadores de alimentación y nutrición superan los niveles considerados de hambruna, señalando una situación inhumana para los gazatíes.
La organización Acción Contra el Hambre ha establecido 13 puntos de tratamiento comunitario para la desnutrición aguda en la Franja. En estos centros, se ha brindado tratamiento a cientos de niños menores de cinco años que padecían desnutrición grave. Sin embargo, la capacidad de respuesta humanitaria es limitada ante el colapso generalizado de la región.
El desplazamiento forzoso y el colapso humanitario
Los planes militares de Israel en el norte de Gaza tienen como objetivo trasladar por la fuerza a casi un millón de palestinos a zonas del centro y el sur de la Franja. Según el derecho internacional, esta acción es una grave violación de los derechos humanos, ya que cualquier evacuación debe ser temporal, indica la organización.
Las personas desplazadas deben contar con condiciones adecuadas de alojamiento, higiene, seguridad y nutrición. Las familias se enfrentan a una elección imposible: abandonar sus hogares y afrontar un futuro incierto, o quedarse y arriesgarse a sufrir heridas graves, enfermedades o la muerte por hambre.
Natalia Anguera, directora de Operaciones para Oriente Medio de Acción contra el Hambre, afirma que lo que se vive en Gaza es “un colapso de la supervivencia humana”. Anguera subraya que las familias han sido desplazadas en múltiples ocasiones, y en algunos casos hasta 26 veces en menos de dos años.
Acceso limitado y servicios interrumpidos
El costo humano de la incursión militar prevista será abrumador, ya que las operaciones humanitarias pueden quedar interrumpidas. Los equipos de Acción contra el Hambre corren el riesgo de perder el acceso a zonas críticas donde actualmente distribuyen agua, alimentos y brindan servicios de nutrición. Por ejemplo, en julio y agosto, los equipos atendieron más de 400 casos de menores desnutridos, de los cuales el 20% eran graves.
Las actividades esenciales, como el transporte de agua y la rehabilitación de las infraestructuras sanitarias, también se ven amenazadas. La disponibilidad de agua en la ciudad de Gaza ha disminuido en un 70% debido a la escasez de combustible y a los daños en las infraestructuras. La dependencia de camiones cisterna es una solución temporal que no puede sostenerse en el tiempo. La falta de acceso a agua limpia y segura aumenta el riesgo de hambruna y enfermedades.
Llamado a la comunidad internacional por lo que ocurre en Gaza
Al menos el 86% de la Franja de Gaza ya se encuentra bajo órdenes de desplazamiento. A pesar de estas circunstancias alarmantes, Acción contra el Hambre ha reafirmado su compromiso de seguir proporcionando ayuda vital a las personas que lo necesitan.
La organización reitera su llamado a un alto el fuego permanente, a la liberación de todos los rehenes y a un acceso pleno y sostenido de los actores humanitarios. El traslado forzoso constituye una grave violación del derecho internacional, por lo que las partes en conflicto deben respetar el derecho internacional humanitario y garantizar el acceso seguro del personal y los suministros humanitarios. La situación es crítica y exige una respuesta urgente de la comunidad internacional, señala. (10).