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Uno de cada diez adultos en el mundo sufre de Enfermedad Renal Crónica mientras que nueve de cada diez, desconocen que la padecen.

Así lo establece un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta enfermedad muchas veces es menospreciada por quienes la padecen porque no prestan atención a sus síntomas y alertas.

La Enfermedad Renal Crónica afecta los riñones de forma crónica e irreversible, pues implica una pérdida progresiva de la función de estos órganos.

Estos son esenciales, ya que su función es la de filtrar desechos y líquidos de la sangre, eliminándolos en la orina.

Según especialistas, cuando los riñones ya no trabajan de forma adecuada, puede haber una acumulación peligrosa de líquidos, electrolitos y desechos en el cuerpo.

La ERC puede estar asociada con diabetes mellitus y presión arterial alta. Estas dos condiciones pueden causar daños en vasos sanguíneos y filtros de los riñones.

Los síntomas son generales y no específicos, lo que significa que pueden ser causados por otras afecciones. Esto puede dificultar el diagnóstico de la ERC en sus primeras etapas.

Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Cambios en la producción de orina: orinar con más o menos frecuencia de lo normal, con apariencia espumosa o marrón.
  • Hinchazón en los tobillos, pies, piernas o la cara.
  • Fatiga: puede sentirse cansado y débil, incluso después de descansar.
  • Pérdida de apetito y peso sin intentarlo.
  • Náuseas y vómitos.
  • Piel seca y con picazón.
  • Problemas para dormir.
  • Calambres musculares, especialmente por la noche.
  • Dificultad para respirar.
  • Problemas para concentrarse o pensar con claridad.

Según el último informe técnico interno del Ministerio de Salud Pública de 2022, se registró un preocupante aumento de 3.686 nuevos casos.

Además, el informe señaló que unos 20.000 ecuatorianos dependen de hemodiálisis o de trasplantes renales. Esto hace urgente la necesidad de intervenciones efectivas en prevención y tratamiento.

Diego Caro, gerente médico de la Unidad Cardiovascular, Renal y Metabólica de AstraZeneca, asegura que la enfermedad renal crónica es cada vez más preocupante.

“Por eso, es necesario trabajar en intervenciones efectivas en materia de prevención y tratamiento que resulten en un impacto positivo para esta condición compleja y todavía desatendida en muchos lugares del país”, dice.

Caro especifica que hay factores que pueden disminuir la progresión de la enfermedad y su aparición y comparte medidas que se pueden adoptar.

Entre estos están, optar por una alimentación saludable con los siguientes puntos a considerar.

El consumo excesivo de sal y los alimentos fritos o ultraprocesados pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes o hipertensión y, eventualmente, ERC. Evite estos alimentos en la medida de lo posible y escoja una dieta rica en frutas, verduras y alimentos bajos en grasa.

Restringir el consumo de alcohol y tabaco. Es recomendable reducir la ingesta de bebidas alcohólicas para así mantener los órganos funcionando de la manera adecuada, y prevenir afecciones a largo plazo.

Más actividad y ejercicio. La obesidad es un factor de riesgo para el eventual desarrollo de la enfermedad renal crónica. El ejercicio regular y la actividad física son claves para mantener el corazón y los riñones funcionando adecuadamente.

Preservar la salud de los riñones es vital para evitar complicaciones futuras.

Hay que tener en cuenta que todo el sistema circulatorio está conectado, por lo que alguna complicación en un órgano puede conllevar al deterioro de todo el sistema.