El denominado y muy conocido Socialismo del Siglo XXI no puede volver a implantarse en América Latina.
Este concepto, tanto en lo político como en lo económico y lo social, ha sido nefasto en su paso por esta parte del continente.
Se trata de una corriente ideológica que inició en la década de 1990 en Venezuela, con Hugo Chávez.
Luego se extendió por otros países como Ecuador, Argentina, Nicaragua, Brasil, Bolivia.
Basa su acción en el despilfarro del dinero público, en la centralización de las decisiones, en el ejercicio totalitario del poder y en el excesivo estatismo.
Busca escindir a la sociedad con denuestos contra la riqueza, el éxito, la iniciativa y la crítica cuando no son de la línea del gobernante.
“Este modelo no funciona ni ha funcionado en América Latina”.
Este modelo no funciona ni ha funcionado en América Latina; tampoco en otras regiones del mundo.
Hace más de una semana, Argentina vivió una fiesta democrática en la que sus ciudadanos escogieron una propuesta que los liberó del socialismo.
La nueva propuesta plantea liberalizar la economía, mantener un Estado de Derecho con respeto a la propiedad privada y acabar la burocracia excesiva y el paternalismo estatal.
Esta decisión es de felicitar porque los pueblos necesitan un marco de libertad, respeto y democracia.
Editorial de El Diario publicado este sábado 25 de noviembre del 2023 en nuestra edición impresa.