«La paz esté con todos ustedes», fueron las primeras palabras de Robert Prevost, el cardenal estadounidense que se convirtió este jueves en el papa número 267 de la iglesia católica.
En su primer mensaje desde el balcón de San Pedro dirigiéndose a la multitud agradeció al papa Francisco y a los cardenales que lo eligieron como el nuevo Pontífice. Llamó a la unidad y diálogo. Sorprendió a los presentes al enviar un saludo en español a Perú donde desarrolló un extenso trabajo pastoral y académico en ciudades como Trujillo, Iquitos y Apurímac.
El primer papa estadounidense
Robert Francis Prevost Martínez es el primer pontífice nacido en Estados Unidos. La elección fue anunciada oficialmente tras la fumata blanca emitida a las 18h08 horas desde la chimenea de la Capilla Sixtina, en el segundo día del Cónclave.
El cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el tradicional “Habemus Papam” desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, confirmando la elección de Prevost, quien saludó a los miles de fieles congregados en la plaza, entre aplausos, lágrimas y banderas ondeando desde distintos países.
Una trayectoria marcada por la misión y el diálogo
Nacido en Chicago en 1955, Prevost tiene raíces franco-italianas y españolas. Fue ordenado sacerdote a los 26 años y se unió a la orden de San Agustín, con la que fue enviado como misionero al Perú, donde desarrolló un extenso trabajo pastoral y académico en ciudades como Trujillo, Iquitos y Apurímac.
En 2014, fue designado obispo de Chiclayo por el papa Francisco, quien en enero de 2023 lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes en la curia romana. Desde allí, Prevost ha tenido un papel clave en la selección de obispos en todo el mundo y en la promoción de una visión eclesial centrada en los pobres, los migrantes y la justicia climática.
Habla con fluidez inglés, español, italiano, francés y portugués, y ha sido reconocido por su capacidad de diálogo intercultural, su experiencia pastoral en América Latina y su formación académica en ciencias y teología.
Una elección histórica y con proyección global
La elección de Prevost representa un hito para la Iglesia Católica, al ser el primer Papa estadounidense en la historia. Su perfil responde a una necesidad creciente de conectar con una comunidad global diversa, especialmente en las Américas, donde la Iglesia mantiene una de sus mayores bases de fieles.
El nuevo Papa ingresó, como dicta la tradición, a la “habitación de las lágrimas” tras la elección, para vestirse con los ornamentos papales, y presidió una breve ceremonia con los cardenales en la Capilla Sixtina antes de dirigirse a los fieles.
A la espera de conocer el nombre pontificio elegido por Prevost, su elección marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia, con una figura que une experiencia misionera, formación intelectual y una visión pastoral global.
