El Cónclave que elegirá al nuevo papa de la Iglesia Católica, al igual que otros procesos eleccionarios del mundo, está expuesto a posibles delitos para su manipulación.
En este caso se trata de la simonía, un delito que podría invalidar toda la elección papal y que los cardenales deben evitar en todo momento, siempre sujetos a su fe y valores religiosos.
¿Qué es la simonía en un Cónclave?
La simonía es un delito eclesiástico que consiste en la compra o venta de bienes espirituales, como sacramentos, cargos eclesiásticos o, en el caso del cónclave, votos para elegir al papa. Este acto está estrictamente prohibido por la Iglesia católica y puede invalidar una elección papal.
El término proviene de Simón el Mago, un personaje del Libro de los Hechos (Hechos 8:9-24) en el Nuevo Testamento. Este narra que Simón ofreció dinero a los apóstoles Pedro y Juan para recibir el poder de impartir el Espíritu Santo. Desde entonces, la simonía se refiere a cualquier intento de obtener beneficios espirituales mediante medios materiales.
Simonía en el contexto de la elección del nuevo papa
Durante el cónclave, la simonía ocurre si un cardenal ofrece o acepta dinero, favores o promesas a cambio de su voto. La constitución apostólica Universi Dominici Gregis (1996), promulgada por Juan Pablo II, establece que cualquier acto de simonía conlleva la excomunión automática para los involucrados, según el canon 149.3 del Código de Derecho Canónico.
Además, si se comprobara un acto de simonía, la elección del papa podría ser declarada inválida. Los cardenales, antes de iniciar el cónclave, juran no participar en tales prácticas. En el cónclave de 2025, los 133 cardenales electores deben cumplir este juramento bajo pena de sanciones espirituales y legales dentro de la Iglesia.
Historia de la simonía en la Iglesia
La simonía ha sido un problema histórico en la Iglesia católica. Durante la Edad Media, era común que obispos y sacerdotes pagaran por sus cargos. El Concilio de Calcedonia (451) y el Concilio de Trento (1545-1563) emitieron condenas claras contra esta práctica. En el contexto de las elecciones papales, los controles modernos han reducido su incidencia.
Medidas para prevenir la simonía en el Cónclave
El aislamiento de los cardenales en la Capilla Sixtina, sin contacto externo, es una medida clave para evitar influencias indebidas. Además, el proceso de votación, supervisado por escrutadores, garantiza transparencia.
Desde 1996, las normas de Juan Pablo II refuerzan la prohibición de cualquier pacto que implique simonía, asegurando una elección libre.
El mundo católico espera por su nuevo papa
El cónclave iniciado este miércoles 7 de mayo de 2025, tras la muerte de Francisco, reúne a cardenales de 71 países. La prohibición de la simonía busca proteger la integridad del proceso, que requiere 89 votos (dos tercios) para elegir al 267º papa. La fumata blanca anunciará al nuevo pontífice, libre de cualquier irregularidad.
La elección del nuevo líder de la Iglesia Católica tiene en vilo a sus millones de devotos, que seguirán el proceso desde diversos puntos del mundo.
