La Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) anunció la reducción de la veda para túnidos tropicales de 72 a 64 días, una decisión tomada durante su reunión 103 en la Ciudad de Panamá. La medida, que entrará en vigor en 2026, se basa en las recomendaciones del Comité Científico Asesor de la Comisión y busca equilibrar la conservación de los recursos marinos con las necesidades de la industria pesquera. La noticia fue comunicada oficialmente al cierre del evento.
Detalles de las nuevas medidas
La veda de 64 días se aplicará a la pesca de túnidos tropicales en el Océano Pacífico oriental, un área que abarca desde Canadá hasta Chile. Según Arnulfo Franco, director de la CIAT, esta reducción fue posible gracias a la buena salud de las poblaciones de atún en la región, un hallazgo confirmado por el equipo científico de la organización. La decisión refleja el compromiso de la CIAT con la gestión pesquera sostenible, asegurando que las acciones de conservación estén fundamentadas en la mejor ciencia disponible.
La CIAT también abordó otras regulaciones importantes, adoptando disposiciones para la gestión del pez espada, el dorado y los tiburones. Además, se firmó un Memorándum de Entendimiento con la industria pesquera para crear un fondo destinado a la recuperación de plantados, objetos flotantes utilizados para atraer atunes. La controversia en torno a los plantados radica en la captura incidental de otras especies y en la contaminación que pueden causar.
Relevancia para la industria y el sector del atún
La veda es una medida de conservación histórica, esencial para la ordenación de las poblaciones de atún y especies asociadas en el Pacífico oriental. Estos periodos de paralización de la pesca, como los que se aplican en Ecuador de julio a septiembre y de noviembre a enero, afectan principalmente a los buques atuneros de gran capacidad y a la flota cerquera.
El cumplimiento de la normativa es obligatorio, y las infracciones conllevan sanciones conforme a las leyes pesqueras de cada país miembro. Ecuador, uno de los principales actores en la pesquería de atún del Pacífico Oriental, juega un papel crucial en este escenario.
Con el 46% de la producción regional, el país se ha posicionado como el principal centro de procesamiento de atún en América Latina, procesando cerca de 600.000 toneladas anuales. Gran parte de esta actividad se concentra en Manta y Posorja, gracias a su ubicación estratégica y a los estándares sostenibles que han implementado.
Ecuador, un líder en el mercado global
Aproximadamente el 80% de la producción atunera de Ecuador se exporta, con la Unión Europea, Latinoamérica y Estados Unidos como sus principales mercados. La nación es reconocida por ser líder en la exportación de productos con valor agregado, como atún enlatado, en frascos y ahumado. En 2024, el sector generó 1.600 millones de dólares en exportaciones no petroleras. La sostenibilidad es un factor clave para el acceso a mercados exigentes como los de Alemania, Suecia, Francia y Países Bajos, donde el sello azul del MSC es fundamental.
Durante la reunión, la CIAT también tomó decisiones administrativas relevantes. Arnulfo Franco fue reelegido como director del organismo. Además, se aprobó el presupuesto para el Programa de Marcado, una iniciativa vital para la evaluación de la población de atún barrilete (SKJ) y para mejorar las futuras evaluaciones de rabil (YFT) y patudo (BET), así como para el Programa Integrado de Monitoreo, reforzando la toma de decisiones con base científica.
Los miembros de la CIAT son Belice, Canadá, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, la Unión Europea, Francia, Guatemala, Japón, Kiribati, Corea, México, Nicaragua, Panamá, Perú, El Salvador, Taipei, Estados Unidos, Venezuela y Vanuatu. (10).