En un hecho que desafía la imagen de mano dura contra las pandillas que proyecta el gobierno de Nayib Bukele, el reconocido líder pandillero del Barrio 18, Carlos Cartagena López, alias Charli de IVU, rompió el silencio tras ser liberado en secreto.
En una entrevista de 41 minutos con el medio digital El Faro, Charli no solo mostró su rostro, sino que detalló presuntos pactos entre su pandilla y el entorno de Bukele desde 2014, cuando el actual presidente era candidato a la alcaldía de San Salvador.
En un tono relajado, Charli relató cómo iniciaron los contactos, los favores recibidos por su estructura criminal, y el apoyo que, según él, brindaron para impulsar la carrera política de Bukele. Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro, calificó esta entrevista como fundamental para entender cómo Bukele alcanzó el poder total, sugiriendo una alianza no declarada entre el presidente y los grupos criminales.
La captura del líder pandillero
La entrevista se publicó justo después de que la revista salvadoreña Elementos revelara que Charli fue capturado el 21 de abril de 2022, pocas semanas después del inicio del régimen de excepción decretado por Bukele tras una masacre que dejó 87 muertos. Según Elementos, Cartagena fue liberado minutos después de su detención y escoltado hasta su casa por órdenes superiores, lo que contradice el discurso gubernamental de tolerancia cero contra las pandillas.
El régimen de excepción ha resultado en la detención de más de 85,000 personas, muchas sin acceso a un debido proceso y en condiciones denunciadas como inhumanas. Cerca de 400 reclusos han muerto bajo custodia estatal, algunos con signos de tortura. Pese a ello, casos como el de Charli y el de Elmer Canales Rivera, alias Crook —alto líder de la MS-13 que fue liberado ilegalmente y luego capturado en México—, evidencian una aparente selectividad en la aplicación de la justicia.
Según investigaciones, el gobierno de Bukele habría hecho esfuerzos por recuperar a líderes pandilleros que poseen información sensible sobre los supuestos acuerdos. Incluso se reportó una oferta de un millón de dólares al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para facilitar la recaptura de Crook, y una propuesta de descuento en el alquiler de la megacárcel salvadoreña hecha por un hermano de Bukele al gobierno de Donald Trump a cambio de deportaciones de líderes pandilleros detenidos en EE. UU.
El discurso de Bukele contra las pandillas
A pesar de estas revelaciones, Bukele mantiene un discurso público de firmeza contra el crimen y ha sido elogiado por algunos sectores internacionales como un modelo de seguridad. Sin embargo, en diciembre de 2021, el Departamento de Estado de EE. UU. sancionó a dos altos funcionarios salvadoreños, Carlos Marroquín y Osiris Luna, por negociar con las pandillas. Marroquín, alias Slip, es señalado como el principal enlace entre Bukele y las estructuras criminales, según documentos e investigaciones periodísticas.
Durante su entrevista, Charli aseguró que los acercamientos con Bukele comenzaron en 2014. En ese entonces, Bukele aspiraba a la alcaldía de San Salvador, considerada estratégica por su peso político. «Quien domina San Salvador, domina todo», afirmó Charli. Según su testimonio, Marroquín ofrecía beneficios a las comunidades bajo control pandillero y alertaba sobre operativos policiales a cambio de respaldo electoral. Otro líder del Barrio 18, entrevistado por El Faro bajo anonimato, corroboró esta versión.
La intimidación a la oposición
El apoyo de las pandillas, de acuerdo con los testimonios, incluía intimidación a militantes de la oposición y la imposición del voto a favor de Bukele en sus territorios. Tras ganar la alcaldía, Bukele impulsó proyectos como la renovación del centro histórico de San Salvador, lo que fortaleció su imagen y sentó las bases de su candidatura presidencial.
La masacre de marzo de 2022 habría marcado el fin de estos presuntos pactos, tras una ruptura entre el gobierno y las pandillas. Las investigaciones sobre estas negociaciones incluyen documentos penitenciarios, grabaciones, fotos, informes fiscales y declaraciones de testigos protegidos, así como testimonios directos como el de Charli. Estos aportes refuerzan la tesis de que hubo una relación instrumental entre el Gobierno de Bukele y los grupos criminales.
Según El Faro, aún hay interrogantes clave: ¿Por qué se desató la masacre de 2022? ¿A cuántos líderes se liberó? ¿Qué rol jugaron las estructuras criminales en el ascenso de Bukele? Óscar Martínez concluye: «El pacto de Bukele con las pandillas no es cosa del pasado; explica cómo un hombre llegó al poder total». (10)