Tom Holland, conocido mundialmente por su papel de Spider-Man en el universo cinematográfico de Marvel, se permitió soñar en voz alta sobre un personaje que, para muchos, es el máximo símbolo de la elegancia y la acción: James Bond. En una conversación con Gordon Ramsay, llena de humor, confidencias y gastronomía, el actor admitió que interpretar al 007 sería “lo máximo” para cualquier joven intérprete británico.
El momento más esperado llegó casi al final de la charla, cuando Ramsay preguntó directamente si James Bond estaba en los planes de Holland. Entre risas y alusiones a martinis, el actor respondió: “Toda la especulación la vamos a mantener al mínimo, por ahora. Pero para cualquier joven actor británico, sería lo máximo”. Con una sonrisa cómplice, reconoció que encarnar al agente secreto sería el punto más alto de su carrera. Holland agregó que, aunque ya se siente afortunado por los papeles que ha interpretado, asumir el rol de Bond implicaría un desafío profesional y personal sin igual.
Tom Holland: de Billy Elliot a Hollywood
Lejos del glamour del cine, Holland recordó sus humildes inicios. Su vocación inicial no era la actuación, sino el baile. Su ingreso al musical Billy Elliot fue casi por casualidad, después de dos años de audiciones y clases de ballet. “Mis padres solo pensaban que era una gran oportunidad para aprender nuevas habilidades”, relató. En ese contexto, Holland destacó que la disciplina y la constancia fueron esenciales para forjar la carrera. Misma que hoy lo sitúa como uno de los actores jóvenes más reconocidos del mundo.
La fuerza de la familia
En la charla, Holland destacó el papel fundamental de su familia en su equilibrio personal. Mencionó a su hermano Sam, chef profesional, y la importancia de las cenas sin móviles ni pantallas, donde compartían risas y conversaciones cada noche. “Esa hermandad es esencial… me mantiene centrado incluso cuando la fama se intensifica”, señaló. Además, resaltó cómo los valores inculcados por sus padres le han permitido manejar la presión mediática y los desafíos del cine sin perder autenticidad.
Equilibrio, cocina y momentos virales
Holland confesó que la pandemia le enseñó a valorar la vida personal y que disfruta cocinando siguiendo los videos de Ramsay, aunque, con humor, reconoció que su hermano suele salvar la cena. También habló del fenómeno viral de la Lip Sync Battle, por el que muchos lo recuerdan más que por sus películas. Reflexionó sobre la importancia de aceptar los momentos inesperados en la carrera artística, valorando tanto los éxitos como los aprendizajes personales.
La jornada terminó con la cata de un sándwich frito de textura extra crujiente, acompañado de bromas sobre los cócteles de Bond y la promesa de nuevas aventuras culinarias. Entre anécdotas, aspiraciones y sabor, Holland dejó claro que, más allá de cualquier papel, valora las pequeñas cosas: un buen plato, la unión familiar, la constancia en el trabajo y la capacidad de reinventarse. Su mensaje final fue contundente: el éxito profesional es importante, pero mantener los lazos familiares y disfrutar de los momentos cotidianos es lo que realmente da sentido a la vida.