El 11 de junio, la Iglesia católica celebra a San Bernabé, apóstol nacido en el siglo I en Chipre, reconocido por su labor evangelizadora junto a San Pablo y su martirio por la fe cristiana.
Orígenes y vocación
San Bernabé, nacido como José, era un judío levita de la tribu de Leví, originario de Chipre, según los Hechos de los Apóstoles (4:36). Los apóstoles lo llamaron Bernabé, que significa “hijo de la consolación”, por su carácter generoso.
Miembro de la primera comunidad cristiana en Jerusalén, vendió sus tierras y donó el dinero a los apóstoles para los pobres (Hechos 4:36-37). En el año 36, presentó a Saulo de Tarso (San Pablo), recién convertido, a los apóstoles, lo que garantizó su aceptación (Hechos 9:27).
En año 43, los apóstoles lo enviaron a Antioquía, donde los discípulos fueron llamados “cristianos” por primera vez (Hechos 11:26). Allí, Bernabé buscó a Pablo en Tarso e iniciaron una colaboración misionera clave para la expansión del cristianismo.
Misión evangelizadora de San Bernabé
Bernabé y Pablo emprendieron el primer viaje misionero entre 45 y 49, predicaron en Chipre y Asia Menor (Hechos 13-14). En Pafos, convirtieron al procónsul Sergio Paulo, y en Listra, los confundieron con dioses paganos.
Bernabé fue reconocido como apóstol por su labor, aunque no formó parte de los Doce. En el Concilio de Jerusalén (año 50), defendió la no imposición de la ley mosaica a los gentiles convertidos (Hechos 15:12). Tras un desacuerdo con Pablo en año 50, Bernabé regresó a Chipre con su primo Juan Marcos (Hechos 15:36-39).
Filosofía y espiritualidad
La filosofía de Bernabé se basó en la caridad, la reconciliación y la apertura a los gentiles. Su generosidad y capacidad para unir a los primeros cristianos, como en el caso de Pablo, reflejaron su compromiso con la unidad de la Iglesia.
Su predicación enfatizó la fe en Cristo como salvador, y se adaptó a las culturas locales sin imponer tradiciones judías, según los Hechos.
Martirio y canonización de San Bernabé
San Bernabé fue martirizado en año 61 en Salamina, Chipre, y judíos contrarios a su predicación lo lapidaron, según la tradición consignada en el Martirologio Romano.
Antes de morir, escondió el Evangelio de Mateo, que llevaba consigo. Lo canonizaron por aclamación popular en los primeros siglos, práctica común para los mártires. En 488, su tumba fue descubierta tras una visión, y el hallazgo del Evangelio reforzó su veneración.
Celebración del 11 de junio
Es patrono de Chipre, de los tejedores y mediadores, y se le invoca contra las tormentas y el granizo.
Legado en la Iglesia de San Bernabé
El legado de Bernabé incluyó la expansión del cristianismo hacia los gentiles, lo que sentó las bases para una Iglesia universal.
Su colaboración con Pablo influyó en la redacción de las Epístolas Paulinas, y la Epístola de Bernabé, un texto apócrifo del siglo II, refleja su impacto teológico. La Iglesia Ortodoxa Chipriota, que obtuvo autonomía gracias a su tumba, lo venera como fundador.
Contexto histórico
En el siglo I, el cristianismo emergió en un Imperio romano dominado por el judaísmo y el paganismo. Bernabé vivió la transición de una fe centrada en Jerusalén a una misión global.
Su trabajo en Antioquía y el Concilio de Jerusalén marcaron la apertura del cristianismo a los no judíos, consolidando su universalidad frente a las tensiones internas de la Iglesia primitiva.