En Jaramijó madrugan por el agua



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Cuando los piratas atacan en  altamar, la noticia corre rápido por Jaramijó.
Cuando aquello pasa, Wilfrido Mero prefiere quedarse en casa mientras la situación en altamar se tranquiliza.
Normalmente sale todos  los días a pescar, pero cuando están robando motores no va. Dice que allá afuera no hay seguridad.
Puede estar en casa dos días o máximo tres, porque las deudas no esperan, señala este pescador de 65 años.
Solamente de energía eléctrica, Wilfrido paga mensualmente alrededor de 50 dólares o más, lo que representa un rubro alto en su presupuesto.
“He ido a reclamar a la empresa eléctrica, y no me dan motivo de por qué la luz me sale tan cara; por gusto uno va a reclamar”, manifiesta.
Él vive en el barrio Primero de Enero de Jaramijó, que es un sector limpio; el recolector de basura pasa  todos los días y tampoco sufren de reboses de aguas servidas.

El agua. El mayor problema de los moradores del sector es que no tienen agua potable. El líquido les llega  solo de madrugada, lo cual significa una molestia para los habitantes de esta calle. Una mujer se encuentra lavando a mano en el portal de su casa. El agua que utiliza está almacenada en  unos tanques grandes. No todos los moradores de este sector cuentan con aljibe, y a veces el agua almacenada es insuficiente.
Geovanny Alonzo dice que lleva viviendo en este sector toda su vida. Llegó cuando el barrio estaba lleno de tierra y eran pocas las casas. Ha cambiado, sí. Ahora hay calles pavimentadas, postes de alumbrado público y veredas, pero la escasez de agua persiste.
“El agua llega de doce de la noche hasta las cinco de la madrugada, uno pasa mala noche y tampoco hay dinero para el tanquero”, señala.



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