Las autoridades iraníes declararon este lunes 18 de agosto que una nueva guerra con Israel podría desencadenarse “en cualquier momento”, en un contexto de tensiones persistentes tras el conflicto conocido como la Guerra de los Doce Días, que dejó más de 1.000 víctimas en Irán y cerca de 30 en Israel. Las declaraciones, emitidas por el vicepresidente primero de Irán, Mohamed Reza Aref, reflejan la fragilidad del actual cese de hostilidades y la desconfianza entre ambas naciones.
Cese de hostilidades frágil
El pasado 13 de junio, Israel inició una ofensiva militar contra Irán, que respondió con el lanzamiento de misiles y drones hacia territorio israelí. La escalada se intensificó el 22 de junio, cuando Estados Unidos llevó a cabo bombardeos contra tres instalaciones nucleares iraníes. Desde el 24 de junio, rige un alto el fuego, pero las recientes declaraciones de Aref sugieren que la paz es inestable. “Hoy nos encontramos en las secuelas de una guerra impuesta. No estamos en un alto el fuego, sino en un estado de cese del fuego, por lo que estamos preparados para enfrentarnos al enemigo en cualquier momento”, afirmó el funcionario, según la agencia de noticias Mehr.
Aref también destacó la preferencia de Teherán por resolver las disputas mediante negociaciones, aunque expresó dudas sobre la disposición de Israel a dialogar. “No buscamos una guerra, pero nuestra estrategia es que si inician una guerra, nosotros le pondremos fin”, agregó, subrayando una postura defensiva pero firme.
Conflicto prolongado entre Irán e Israel
Las tensiones entre Irán e Israel no son nuevas. Durante décadas, ambos países han mantenido una rivalidad marcada por enfrentamientos indirectos, disputas por el programa nuclear iraní y choques en terceros países como Siria y Líbano. La Guerra de los Doce Días, que comenzó en junio de 2025, representó una escalada sin precedentes, al ser el primer conflicto directo de esta magnitud entre ambas naciones. Según datos oficiales iraníes, los ataques israelíes causaron más de 1.000 muertos, mientras que Israel reportó cerca de 30 víctimas. La intervención estadounidense, con bombardeos a instalaciones nucleares iraníes, elevó aún más las tensiones en la región.
El cese de hostilidades acordado el 24 de junio fue mediado por actores internacionales, aunque no se han revelado detalles sobre los términos del acuerdo. Desde entonces, ambos países han mantenido una retórica beligerante, con acusaciones mutuas de violar las condiciones del alto el fuego.
Estabilidad regional por el conflicto
Las advertencias de Irán llegan en un momento de incertidumbre en Oriente Medio, donde las tensiones entre potencias regionales y globales han generado temores de una nueva escalada. La declaración de Aref refleja la postura de Teherán de mantenerse alerta ante posibles provocaciones, mientras busca proyectar una imagen de disposición al diálogo. Sin embargo, la falta de avances en negociaciones bilaterales y la intervención de actores externos, como Estados Unidos, complican el panorama.
Organismos internacionales han instado a ambas partes a retomar el diálogo para evitar un nuevo conflicto. La situación sigue siendo monitoreada de cerca por la comunidad internacional, dado el impacto que una reanudación de las hostilidades podría tener en la estabilidad regional y los mercados energéticos globales.
Perspectivas de diálogo y desafíos
Aunque Irán ha expresado su preferencia por resolver las disputas mediante negociaciones, las dudas sobre la voluntad de Israel de participar en un diálogo constructivo persisten. La historia reciente de enfrentamientos y la falta de confianza mutua dificultan la posibilidad de un acuerdo duradero. Mientras tanto, la región permanece en alerta, con el riesgo de que cualquier incidente menor pueda desencadenar una nueva confrontación. Las declaraciones de Irán subrayan la necesidad de una diplomacia efectiva para evitar un conflicto mayor.