El mundo católico celebra hoy la elección del nuevo papa, el sumo pontífice número 267 de la historia de la Iglesia Católica, tras un Cónclave que culminó este jueves 08 de mayo con la esperada fumata blanca emanando de la chimenea de la Capilla Sixtina.
La elección, que tuvo lugar en el segundo día de deliberaciones, pone fin a la Sede Vacante dejada por el fallecimiento del papa Francisco, el pasado 21 de abril.
Al segundo día de Cónclave hubo consenso y se eligió al nuevo papa
Pasadas las 11h00 de este jueves, el humo blanco anunció al mundo que los 133 cardenales electores, reunidos desde el 7 de mayo, alcanzaron el consenso necesario de dos tercios (89 votos) para designar al sucesor de Francisco.
Minutos después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro. Allí pronunció el tradicional “Habemus Papam” y reveló que el estadounidense Robert Prevost es el nuevo papa. Esto desató la alegría de los más de 50.000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Un Cónclave con estricto protocolo de aislamiento y secreto
El Cónclave, que inició el 7 de mayo con la misa «Pro eligendo Pontifice», se desarrolló bajo un estricto protocolo de aislamiento y secreto.
La primera jornada concluyó con una fumata negra, indicando que no se había alcanzado un acuerdo. Sin embargo, en la tarde del segundo día, tras cuatro rondas de votación, los cardenales lograron un consenso.
La elección del nuevo papa llega en un momento crucial para la Iglesia Católica. La institución enfrenta desafíos como la secularización, los escándalos de abusos, y la necesidad de consolidar su influencia en el Sur Global, donde el catolicismo ha experimentado un notable crecimiento.
El nombre que el nuevo pontífice elija será el primer indicio de sus prioridades teológicas y pastorales. ¿Seguirá la tradición de nombres como Francisco, que evocó humildad, o Juan Pablo, que marcó un hito geopolítico?