La Iglesia Católica celebra cada 29 de abril a Santa Catalina de Siena por su canonización en 1461 y su contribución a la unidad eclesiástica, según el santoral católico.
Santa Catalina de Siena nació el 25 de marzo de 1347 en Siena, Italia, y falleció el 29 de abril de 1380 en Roma. Su festividad se conmemora en la fecha de su muerte, siguiendo la tradición del santoral católico.
Fue la penúltima de 25 hijos de una familia humilde y desde los 6 años mostró inclinación por la vida espiritual, según datos históricos recopilados por Vatican News.
Santa Catalina de Siena y sus aportes a la Iglesia
Catalina ingresó a las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo a los 16 años. A pesar de ser analfabeta, dictó el Diálogo de la Divina Providencia, una obra que recoge sus experiencias místicas, y escribió 375 cartas teológicas, consideradas clásicas en la literatura religiosa, según El Español. Su trabajo se centró en la unidad de la Iglesia y la paz en Europa.
Ella desempeñó un papel clave en el regreso del papado a Roma desde Aviñón, logrando que el papa Gregorio XI retornara en 1377. Sus escritos y cartas abogaron por reformas eclesiásticas y la reconciliación entre facciones enfrentadas en Italia, según Vatican News.
Filosofía y espiritualidad
La filosofía de Santa Catalina de Siena se enfocó en conocer a Dios a través de la introspección y asemejarse a Cristo crucificado. Promovió la vida contemplativa combinada con la acción, buscando la paz y la unidad eclesiástica. Sus visiones místicas incluyeron los estigmas, que recibió en 1375, según registros de la Iglesia.
Fue declarada Doctora de la Iglesia en 1970 por el papa Pablo VI, siendo una de las primeras mujeres en recibir este título. También es patrona de Italia desde 1939 y de Europa desde 1999, designada por Juan Pablo II.
Canonización y legado duradero
Catalina fue canonizada en 1461 por el papa Pío II, quien reconoció su vida de santidad, su influencia en la Iglesia y sus esfuerzos por la paz. Su canonización se basó en su vida virtuosa y los milagros atribuidos a su intercesión, según el proceso de la época.
Su legado incluye su impacto en la teología mística y su modelo de vida espiritual. Es venerada como patrona de enfermeras y protectora contra incendios. Iglesias y basílicas, como la de Santa María sopra Minerva en Roma, donde está enterrada, celebran su memoria con misas solemnes cada 29 de abril.