Luego de varias horas de espera, la Iglesia Católica sigue sin conocer el nuevo papa tras conocerse la primera fumata del proceso del cónclave 2025. En la Ciudad del Vaticano, la fumata negra emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señalando que los cardenales no lograron elegir un nuevo papa en la primera votación del cónclave, iniciado tras la muerte o renuncia del pontífice anterior, para seleccionar al líder de la iglesia.
Proceso tras la fumata negra
Tras la fumata negra, los cardenales continúan con hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde) hasta que se elija al nuevo papa. Si no hay acuerdo, se repite el proceso, con pausas para oración y reflexión cada pocos días. La fumata blanca, que indica la elección del papa, puede tardar desde horas hasta varios días, dependiendo de las negociaciones internas.
Así, por este miércoles ya no se harán más votaciones y se deberá esperar hasta este jueves 8 de mayo.
¿Qué es la fumata negra?
La fumata negra es una señal tradicional en el cónclave, donde los cardenales queman las papeletas de votación con un químico que produce humo negro, indicando que no se alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria para elegir al papa. Este proceso, utilizado desde el siglo XIII, se realiza en la Capilla Sixtina, donde los cardenales permanecen aislados hasta lograr un consenso.
Detalles del cónclave
El cónclave reúne a cardenales menores de 80 años de todo el mundo, quienes votan en secreto para elegir al sucesor de Pedro. Este proceso, regulado por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, asegura que la elección sea confidencial y libre de influencias externas. La fumata negra refleja la complejidad de consensuar un líder para los 1.300 millones de católicos mundiales.
Impacto de la prolongación
La ausencia de un papa electo tras la primera fumata no es inusual; por ejemplo, en 2013, la fumata blanca llegó tras cinco votaciones. Sin embargo, un cónclave prolongado puede generar expectación global, ya que los fieles y medios aguardan el anuncio del nuevo pontífice, que se presenta en la Plaza de San Pedro con el tradicional “Habemus Papam”.