En la calle Hermano Miguel, Portoviejo, los cables de internet y telefonía, colgados a pocos metros del suelo, preocupan a vecinos y al municipio. Desde 2025, el problema de los “tallarines” ha llevado a reuniones quincenales con operadoras, que incumplen compromisos, para evitar el colapso de postes eléctricos.
Postes al límite y cables a baja altura en Portoviejo
En la calle Hermano Miguel, parroquia Andrés de Vera, los postes eléctricos están sobrecargados con cables de internet, algunos al borde del colapso, según vecinos. Un residente anónimo señaló que las operadoras instalan cables sin considerar el estado de los postes, generando un riesgo para la seguridad. Además, los cables cuelgan a escasos metros del suelo, causando molestias y peligro para transeúntes.
Manuel Cevallos, otro vecino, criticó que las empresas de internet usen postes eléctricos, pagando a la empresa eléctrica, pero sin asumir la responsabilidad de instalar su propia infraestructura. Esta situación afecta la estética urbana y la seguridad en sectores como Hermano Miguel. El municipio ha identificado este problema en 10 de los 21 polígonos de redes de la ciudad.

Intervenciones municipales y acuerdos incumplidos
Leonardo Estupiñán, jefe de Redes del municipio, reconoció que el problema de los “tallarines” es recurrente. Aunque el mantenimiento del alumbrado público es prioritario en la actualidad, cada 15 días se reúnen con operadoras de internet para acordar soluciones. Sin embargo, las empresas incumplen compromisos, como no instalar más cables en zonas ya intervenidas. “Ante el incumplimiento, cortamos los cables”, afirmó Estupiñán.
El municipio ha intervenido en sectores como la avenida Manabí, la calle 5 de junio y la calle Vicente Macías, donde se empaquetaron cables para mejorar la estética y seguridad. En la ciudadela municipal, se retiró una gran cantidad de cables en desuso, logrando un aspecto más ordenado.
Próximas acciones y sanciones en Portoviejo
Está previsto intervenir en la calle Cristo Rey, donde la situación es crítica. Estupiñán anunció “conversaciones drásticas” con las operadoras para exigir colaboración. Si no hay avances, el municipio aplicará sanciones según la Ordenanza de Ordenamiento y Control Territorial, que establece multas de hasta 10 salarios básicos ($4.700) por usar infraestructura aérea en zonas con cableado soterrado y 5 salarios ($2.350) por cables en desuso.
La Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), mediante su Norma Técnica de 2017, obliga a las operadoras a retirar infraestructura inactiva a su costo. Si no lo hacen en 15 días, el municipio puede desmontar los cables y cobrar los costos por vía coactiva.
Contexto normativo y regulatorio
La problemática de los “tallarines” no es exclusiva de Portoviejo, pero afecta significativamente la planificación urbana. La ordenanza municipal y la norma de Arcotel buscan regular el uso de infraestructura y garantizar la seguridad ciudadana. En 2025, Portoviejo intensifica esfuerzos para ordenar el cableado aéreo y promover el soterramiento en nuevas zonas urbanas, alineándose con estándares de ciudades modernas.