s, e Miles de ciudadanos de Cuenca participaron este 16 de septiembre de 2025 en la “Marcha por el Agua”, para rechazar la minería en Quimsacocha y exigir protección hídrica.
La Marcha por el Agua moviliza a Cuenca
Desde las 09h35, una multitud inició su recorrido por las calles Sucre, Tarqui, La Condamine y la avenida Loja. Las consignas fueron claras: “el agua no se vende” y “Quimsacocha no se toca”.
En la plazoleta de San Roque se realizó una ceremonia ancestral con representantes de comunidades indígenas y campesinas. Allí se recordó el carácter sagrado del agua y la necesidad de protegerla frente a los proyectos extractivos.
El punto central de la jornada se fijó en la Plaza San Francisco, donde se celebró una misa y se llevó a cabo la bendición del agua, acto simbólico que congregó a autoridades locales y ciudadanos.
40.000 voces en defensa del agua en Cuenca
La movilización reunió a unas 40.000 personas, entre colectivos sociales, comunidades rurales, organizaciones ambientalistas, más de 300 juntas de agua y autoridades locales.
El Cabildo por el Agua, la Federación de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Azuay (FOA), la empresa municipal ETAPA y la Prefectura del Azuay se sumaron a la protesta.
Los manifestantes advirtieron sobre los riesgos de contaminación con metales pesados, como arsénico, que podría afectar el suministro para el 50% de los 600.000 habitantes de Cuenca.
El trasfondo del conflicto en Cuenca
El epicentro del reclamo es el proyecto Loma Larga, impulsado por la minera canadiense Dundee Precious Metals (DPM). El plan contempla una inversión de entre 400 y 500 millones de dólares y la producción inicial de 200.000 onzas de oro anuales.
El Gobierno de Daniel Noboa defiende la iniciativa como fuente de empleo e ingresos, aunque enfrenta resistencia de autoridades locales y colectivos ciudadanos. El alcalde Cristian Zamora ha reiterado que la prioridad es preservar los páramos y garantizar agua limpia para Cuenca.
Los críticos del proyecto sostienen que este vulnera derechos constitucionales al agua y a la naturaleza, además de contradecir consultas populares vinculantes que han prohibido la minería en zonas de recarga hídrica.
Una lucha con más de una década
La resistencia en Quimsacocha no es nueva. En 2011, el entonces presidente Rafael Correa enfrentó protestas en Girón, donde la población rechazó la minería a pedradas.
Ademán 2019, una consulta en Girón arrojó más del 80% de votos en contra de la minería. Por su parte, en 2021, Cuenca repitió el mensaje: el 82% respaldó el “No” en otra consulta vinculante sobre recarga hídrica.
Aunque la Corte Constitucional validó esos procesos, aclaró que las concesiones previas como la de Loma Larga —otorgada en 2011— no podían revocarse automáticamente, dejando un vacío que hoy alimenta la tensión.
Las calles de Cuenca se convirtieron en un escenario de resistencia. Bandas musicales, pancartas y ceremonias ancestrales acompañaron una jornada que superó lo ambiental y se transformó en un acto político y cultural.
“La licencia se revoca, Quimsacocha no se toca, fuera la minera”, gritaban miles de voces que encontraron eco en comunidades de todo el país.