Investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka, en Japón, publicaron un estudio en Building and Environment que demuestra que exponerse a luz natural durante 20 minutos antes de despertar reduce la somnolencia y aumenta la vigilia. Durante la investigación también se practicaron experimentos para evaluar el impacto de la luz en el sueño.
El sueño de calidad es clave para la salud física y mental, pero factores como la luz influyen directamente. Un estudio liderado por Xiaorui Wang y el profesor Daisuke Matsushita en Osaka analizó cómo la luz natural matutina afecta el despertar. En un experimento con 19 participantes, se compararon tres condiciones: luz natural 20 minutos antes de despertar, luz desde el amanecer hasta el despertar, y sin luz natural.
“La iluminación natural antes de despertar mejora significativamente la vigilia”, afirmó Matsushita. Los resultados muestran que 20 minutos de exposición es el método más efectivo, mientras que la luz desde el amanecer puede causar despertares prematuros.
Metodología del experimento
Los 19 adultos, que solían acostarse después de las 23h00, participaron en un ensayo controlado. Usando cortinas que bloquean la luz y dispositivos motorizados, se recrearon tres escenarios. Tras cada sesión, se midieron somnolencia, alerta y fatiga con electrocardiogramas, electroencefalogramas y encuestas. La condición de 20 minutos de luz natural antes de despertar redujo la somnolencia más que las otras.
“El exceso de iluminación desde el amanecer puede interrumpir el sueño”, explicó Wang. La exposición prolongada aumentó la frecuencia de despertares, afectando negativamente la calidad del descanso.
Un estudio de Sleep Medicine (2021) ya había señalado que la luz natural regula el ritmo circadiano, pero este experimento destaca la importancia de un tiempo específico de exposición.
Beneficios de la luz en la salud
La luz natural matutina sincroniza el ritmo circadiano, el reloj interno que regula el sueño y la vigilia. Según el estudio, la exposición breve antes de despertar mejora la alerta matutina y reduce la fatiga percibida, lo que puede beneficiar la productividad y el estado de ánimo. “Es una solución simple para entornos reales”, dijo Matsushita.
En contraste, la contaminación lumínica nocturna, como la de luces urbanas, perjudica el sueño, según The Lancet (2023). La luz natural matutina, bien controlada, ofrece una alternativa saludable.
Contexto y relevancia
La falta de sueño afecta a millones en sociedades modernas. Un informe de la Universidad de Buenos Aires (2024) reveló que el 60% de los argentinos tiene problemas para dormir bien, un problema global que impacta la salud mental y física. Estudios previos, como uno en Journal of Sleep Research (2020), han usado luz artificial para estudiar el sueño, pero la natural recrea condiciones más realistas.
El enfoque de Osaka es novedoso por su énfasis en la luz natural y su aplicación práctica. Los investigadores planean explorar cómo las estaciones y los horarios afectan los resultados.
Los hallazgos sugieren que abrir las persianas 20 minutos antes de despertar puede ser una estrategia accesible para mejorar el sueño y la energía. Esto es especialmente útil en entornos urbanos, donde la contaminación lumínica interfiere. “Queremos optimizar el uso de la luz natural según las estaciones”, indicó Matsushita.
El estudio de la Universidad Metropolitana de Osaka del 17 de abril demuestra que 20 minutos de luz natural antes de despertar pueden transformar la vigilia matutina. Al reducir la fatiga y mejorar la alerta, esta práctica ofrece una solución práctica para la salud del sueño. Subir las persianas a tiempo puede ser el primer paso hacia un día más enérgico.