Entre 2001 y 2023, Portoviejo perdió 1.912 hectáreas de cobertura arbórea, un 3,7% de su bosque seco, impactando colinas y biodiversidad, reportó Global Forest Watch, evidenciando un problema ambiental crítico. Eso significa que en 22 años, Portoviejo ha visto reducirse su cobertura arbórea de 51.000 hectáreas a causa de la deforestación.
Las colinas, un símbolo natural de la ciudad, enfrentan una creciente amenaza por invasiones y actividades como quema, desbroce y tala.
El problema se agudizó desde mayo de 2024, cuando la Dirección de Seguridad y Control Territorial del GAD Municipal de Portoviejo registró que cerca de 400 familias ocuparon alrededor de 1 kilómetro de colinas en nueve sectores: 10 de Enero, El Llano, Río de Oro, Fabián Palacios, Las Orquídeas, Metropolitana, Colinas del Sol, San Alejo y Eloy Alfaro.
La intervención municipal logró que la mayoría de estas familias desalojaran las zonas invadidas, pero el daño ya estaba hecho: los árboles fueron talados. La Dirección de Riesgos y Sostenibilidad Ambiental señaló que no existe un inventario de especies afectadas, pero confirmó la tala de ceibos jóvenes, hierbas rastreras y árboles en crecimiento. Estas acciones impactan la fauna y la regeneración del suelo arcilloso, alterando el equilibrio ambiental. En 2024, los puntos críticos identificados incluyeron áreas cercanas a la ciudadela Fabián Palacios y Colinas del Sol, donde la quema para asentamientos fue más intensa.
Especies amenazadas en las colinas
El bosque seco tropical de Portoviejo alberga especies emblemáticas en riesgo. El ceibo, árbol icónico, ha disminuido en las colinas, al igual que el bototillo, que crece hasta 17 metros y vive entre 30 y 40 años. El muyuyo, un arbusto de 6 metros con flores amarillas, y el sebastián, de 2,5 metros, usado como leña, también están amenazados. El palo santo, que alcanza 12 metros y sirve como repelente natural, enfrenta igualmente la tala indiscriminada.
Samuel Intriago, profesional en Gestión Ambiental del Jardín Botánico, explicó que el bosque seco regula la temperatura en Portoviejo, descrito como una “olla” por su geografía. “Portoviejo es como una olla, es un valle, si se sube a las colinas, se ve a la ciudad como una olla, parece un cráter. Entonces, el bosque seco tropical, con su ecosistema, hace que el casco urbano no se llene de demasiado calor con los contaminantes que emanan los más de 40 mil vehículos que hay en la ciudad”, explicó el experto.
La deforestación rompe el equilibrio ecológico
Con más de 40.000 vehículos emitiendo contaminantes, la pérdida de árboles podría elevar la temperatura de 35°C a 40°C. En 2024, se registró una deforestación promedio de 80 hectáreas entre zonas urbanas y rurales, agravando la contaminación y el calor en la ciudad.
Las invasiones detectadas desde mayo de 2024 en sectores como Las Orquídeas y San Alejo han intensificado la deforestación. La falta de un inventario de especies dificulta medir el impacto exacto. Sin embargo, el GAD Municipal reconoce que la pérdida de cobertura arbórea afecta la biodiversidad y el oxígeno disponible. Hasta inicios del 2025, las colinas de El Llano y 10 de Enero fueron puntos críticos. Allí, la tala y quema persistieron pese al monitoreo del Municipio de Portoviejo.
La Dirección de Riesgos enfatizó que la deforestación afecta no solo el paisaje, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. Mientras las autoridades evalúan medidas, la pérdida de bosque seco sigue siendo un desafío para Portoviejo. Expertos coinciden en que se necesita proteger las colinas para preservar su biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático.