Dos hermanos fueron asesinados y sus cuerpos abandonados en un sembrío de palma africana



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Sobre la maleza de sembrío de palma africana quedaron los cuerpos de Oscar Jeanpiere Pérez Mejillones, de 19 años, y de su hermano Elkin Smith,  de 17.El hallazgo lo hicieron los habitantes del recinto San Roque del cantón El Empalme, en la vía a Quevedo, la tarde del miércoles.
Los cadáveres eran visibles desde la carretera, y alertaron a los habitantes y conductores de la zona, quienes se acercaron al lugar para confirmar que los dos hombres habían sido asesinados.  

Ahí, entre comentarios y murmullos, los lugareños dijeron que escucharon varios disparos; al inicio creyeron que era un robo de un carro, pero al poco rato se enteraron de la muerte de los dos hermanos.

La Policía indicó que, según versiones de testigos, Oscar Jeanpiere y el otro fallecido estaban en una clínica de rehabilitación, ubicada en la vía a la parroquia La Guayas, del cantón El Empalme; ahí habían llegado desconocidos y se lo llevaron a la fuerza. Horas después aparecieron acribillados.
Ante esta información, los policías acudieron hasta la clínica, pero en el sitio no había nadie.

Los cadáveres fueron llevados hasta el Centro Forense de Quevedo para la autopsia. La mañana de ayer llegaron sus familiares, quienes indicaron que los occisos eran oriundos de la ciudad de Guayaquil.
En tanto que en El Empalme los agentes continúan con el proceso de investigación para aclarar el doble asesinato y conocer los motivos y cómo se dieron los hechos.

El reporte policial señala que los dos fallecidos tenían en sus cuerpos varios tatuajes y, al parecer, estarían relacionados a una organización delictiva.
En el cantón El Empalme,  durante 2023, según las cifras de la Policía, se han registrado cuatro muertes violentas. En el 2022 se suscitaron 44 casos.
De corroborarse lo dicho por la comunidad, que manifiesta que los dos fallecidos fueron sacados a la fuerza en la clínica de rehabilitación, los familiares de personas con adicciones y directores de dichos lugares temen por su seguridad.