La psicóloga Alba Cardalda, experta en neuropsicología, asegura que saber decir no de forma consciente y sin remordimientos es fundamental para proteger la salud mental y fomentar una autoestima sostenible. Así lo expuso en entrevista, en Nueva Mujer, a partir de sus experiencias personales y su libro Cómo mandar a la mierda de forma educada.
Cardalda explica que muchas personas interiorizan la idea de que poner límites es malo, pues puede interpretarse como un rechazo hacia los demás, cuando en realidad es un acto de cuidado propio y asertividad. Como ella misma describió en su obra, los límites no son muros infranqueables, sino “puentes que nos ayudan a entendernos mejor”.
Las barreras sanas permiten comunicar lo que se necesita sin deteriorar las relaciones, fortaleciendo el respeto mutuo y reduciendo la acumulación de frustraciones.
Lecciones desde la experiencia personal
La autora comparte que durante los viajes sola por Latinoamérica aprendió a decir no sin culpa, sobre todo en situaciones incómodas que implicaban compromisos que no deseaba asumir. En el ámbito privado, explica cómo una conversación sincera hizo que una persona significativa respondiera a su necesidad de atención.
Ese episodio ilustra que expresar lo que sentimos puede sanar relaciones y evitar malentendidos, siempre que se haga desde la honestidad y la empatía.
Decir no fortalece la autoestima
La psicóloga indica que “cuando decimos no, también le enseñamos al otro cómo tratarnos”. Este tipo de comunicación clara y respetuosa contribuye a generar confianza en uno mismo y reconocer que no es necesario sacrificar el bienestar personal para complacer a otros.
Así, la habilidad de negar solicitudes sin remordimientos se convierte en una práctica de autoafirmación y amor propio.
Herramientas prácticas para establecer límites
Según Cardalda, estas son claves para aprender a decir no sin culpa:
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Identificar tus necesidades: antes de negarte, reconoce qué es lo que deseas o necesitas proteger.
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Usar lenguaje claro y amable: elige frases como “hoy no puedo”, “no me siento cómoda”, evitando excusas innecesarias.
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Mantener la coherencia: repetir tu no sin cambiar de opinión ni ceder por presión.
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Reconocer emociones: sentir culpa es natural, pero no debe impedir actuar conforme a lo que verdaderamente necesitas.
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Separar rechazo de agresión: un “no” puede darse sin juzgar ni herir al otro.
Beneficios terapéuticos y sociales de saber decir «no»
Establecer límites sin culpa contribuye a:
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Reducir el estrés emocional causado por la sobrecarga de compromisos.
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Mejorar relaciones, al permitir que otros comprendan tus valores y que legítimamente refuercen tu autonomía.
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Promover la autocompasión, un pilar fundamental que Cardalda desarrolla más ampliamente en su segundo libro Cómo dejar de ser tu peor enemigo.
Contexto de aplicación universal
Aunque la referencia es femenina —gracias a sus libros y público mayoritariamente femenino—, los principios de Cardalda son aplicables a todos los géneros. En contextos laborales, familiares o sociales, aprender a decir no protege la salud emocional y la integridad personal.
Este enfoque coincide con tendencias globales en salud mental, en las que se enfatiza la práctica del autocuidado y la comunicación asertiva como herramientas efectivas contra el agotamiento emocional.