Así se dio el último día de vida de Agustín Intriago, alcalde de Manta asesinado a tiros
El domingo 23 de julio del 2023 se convirtió en el último día de vida del alcalde de Manta, Agustín Intriago.
Ese día, la camioneta Ford azul en la que siempre viajaba el alcalde Agustín Intriago, salió de su casa un poco más tarde.
Generalmente el alcalde iniciaba su jornada a las seis o siete de la mañana, pero ese día, el día de su muerte, salió a las nueve.
En la camioneta iba él con su equipo de comunicación.
Una de esas personas, quien prefirió el anonimato, contó cómo fue ese día.
Agustín Intriago no tenía previsto ir a la obra en el barrio donde murió, en ese lugar al siguiente día se iba a lanzar el plan “Legado Manta”.
Así que quería saber cómo avanzaba todo, “Era un perfeccionista, quería que todo saliera bien”, expresó la fuente.
Estuvieron media hora en el sitio y luego se dirigieron a la inauguración de un campeonato de fútbol en el estadio Jocay.
Allí fue recibido por un grupo de niños que le pidieron fotos y autógrafos, le entregaron sus zapatos y camisas para que las firmara.
El alcalde se veía feliz, sonreía mucho, más que de costumbre.
“Él era muy estricto en su trabajo, pero ese día tenía un humor excelente, hacía bromas con el personal, chistes y todo eso”, recordó.
Estuvo casi una hora en el estadio
Ya era tiempo de almorzar, pero antes de eso como a la una y media de la tarde, el alcalde pidió que lo llevaran de nuevo al barrio Nueva Comunidad Río Manta.
Él mismo quería corroborar cómo estaban las cosas con las disposiciones que había dado más temprano.
Se bajó de la camioneta. Habló con unos vecinos del sector, saludó a los obreros y se quedó conversando con Arianna Chancay, la joven deportista que fue asesinada junto a él.
Entonces fue cuando llegó el sicario y empezó a disparar. Lo demás ya son días de angustia y dolor para Manta.
La persona que cuenta esta historia estaba dentro de uno de los vehículos que acompañan al alcalde.
De allí vio cuando acabaron con su vida. Uno de los peores días de su vida, contó.
Así transcurrió el último día de vida de Agustín Intriago, una de las autoridades de elección popular con mayor aceptación en el país.
Los días de la semana
Antes de ese domingo, en sus días comunes Agustín Intriago iniciaba su jornada a las seis de la mañana y terminaba a las 12 de la noche o una de la madrugada.
Eso dependía de qué actividades tuviera ese día.
Por ejemplo, si había fiestas donde era invitado, generalmente su jornada terminaba de madrugada.
Y hasta esa hora trabajaba su equipo.
“Yo lo acompañaba siempre, y en ocasiones veía cómo se dormía por 10 a 15 minutos mientras nos trasladamos de un lugar a otro. Al principio lo veía como incansable, pero luego me di cuenta que esas pausas le servían para retomar sus actividades con más energía”, expresó.
Sus jornadas eran largas, extenuantes, sin horarios.
Paraban, a veces para comer, pero luego seguían, porque como decía el alcalde “Eso debió estar listo para ayer”.
En ocasiones, cuando estaban cerca de la casa del alcalde, paraban media hora para que él saludara a sus hijos y esposa. Después seguían.
Intriago tenía la costumbre de comer en el barrio donde llegaba. Es decir en los restaurantes de la zona o puestos de encebollados.
“Siempre decía que había que apoyar los pequeños emprendimientos de la gente, por eso nos llevaba a comer allá”, indicó.
Ese domingo su agenda terminaba a la cinco de la tarde con la inauguración de una olimpiada en un colegio. Lastimosamente no pudo llegar. Allí se quedaron esperándolo.
