Vicente Javier Clemente, nutricionista y catedrático en Ciencias del Deporte de la Universidad Europea, alerta sobre los riesgos del consumo indiscriminado de suplementos deportivos. El profesional subraya que estos productos no deben sustituir una alimentación equilibrada, el entrenamiento físico ni el descanso adecuado.
Auge fitness y consumo masivo de suplementos deportivos
El crecimiento del interés global por el ejercicio físico y el cuidado corporal ha impulsado la expansión de la industria de los suplementos deportivos. Lo que antes era un ámbito reservado para atletas profesionales, ahora forma parte de la rutina de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, este fenómeno ha generado preocupaciones entre los profesionales de la salud.
Clemente enfatiza que los suplementos no son sustitutos, sino complementos. Asimismo advierte que su consumo sin supervisión médica puede generar efectos adversos, como problemas digestivos, interacciones con medicamentos, o incluso sobredosis. “El problema no es el suplemento en sí, sino cómo se toma y por qué”, advierte el especialista.
Uno de los errores más frecuentes es recurrir a estos productos sin evaluar previamente si realmente se necesitan. “Antes de preguntar qué suplemento tomar, hay que preguntarse si es adecuado para mí”, señala el experto.
Cuándo sí puede ser útil un suplemento
Según Clemente, existen tres contextos en los que los suplementos deportivos pueden estar justificados:
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Cuando la dieta habitual no cubre ciertas demandas fisiológicas específicas.
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Cuando el nivel de entrenamiento es muy elevado y exige una recuperación precisa.
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Cuando el atleta tiene una condición física avanzada que lo requiere.
Además, destaca la importancia de consultar siempre fuentes confiables y clasificadas. Una de las más reconocidas es la clasificación del Australian Institute of Sport (AIS), que agrupa los suplementos en categorías A, B, C y D, en función de su eficacia, seguridad y legalidad.
Clasificación científica y productos respaldados
Dentro del Grupo A, es decir, aquellos con mayor respaldo científico, se encuentran:
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Creatina monohidrato
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Beta-alanina
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Bicarbonato sódico
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Nitratos naturales (como la remolacha)
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Cafeína en cápsulas o líquida
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Suplementos de proteínas y carbohidratos en bebidas isotónicas
No obstante, incluso estos deben ser usados con precaución, afirma el catedrático de la Universidad Europea. Clemente recalca que la educación nutricional personalizada es esencial, especialmente para quienes padecen enfermedades crónicas o condiciones de salud específicas.
Riesgos del uso sin supervisión profesional
El consumo impulsivo de suplementos deportivos puede ser especialmente peligroso en personas con enfermedades cardiovasculares, renales, hepáticas o psiquiátricas, y en menores de edad. “Omitir la evaluación profesional puede suponer un riesgo grave”, concluye el nutricionista.
El mensaje central del experto recomienda que antes de incorporar suplementos a tu mecanismo deportivo, tiene como medida indispensable una evaluación médica individualizada y una dieta estructurada acorde a las necesidades del cuerpo.