La muerte repentina deja luto y dolor en dos familias de Santo Domingo, al perder a sus familiares tras un infarto. Ocurrió en dos sectores diferentes y horas diferentes pero el mismo día, en territorio tsáchila.
El domingo 13 de abrila las 10h30, Eva María de Jesús Briones Patiño, estaba sentada junto a su nuera esperando el bus. Ambas estaban en una parada de la cooperativa de vivienda Los Unificados. Todo marchaba normal, como cualquier día, conversaron un rato mientras esperaban el transporte urbano.
De un rato a otro, Eva María se recostó sobre el hombro de su nuera y se desmayó. Inmediatamente la mujer actuó llevando a su suegra a un centro de salud, pero lo peor había ocurrido, ya no tenía signos vitales.
Eva María de Jesús tenía 76 años de edad y era hipertensa. Se cree que por su enfermedad le habría dado un paro cardíaco y falleció de un momento a otro. El dolor embarga a sus familiares, quienes aún no comprenden cómo de un momento a otro estaban con ella y en segundos se fue de este mundo.
Segundo muerto por infarto el mismo día
El mismo domingo, ya en horas de la noche se reportó un caso similar. Esta vez la muerte rondaba en la cooperativa de vivienda Juan Eulogio. Sobre la avenida principal, Patricio Romero, un hombre falleció en similares circunstancias. A las 21h00 se reportó la emergencia y al llegar personal policial al sitio observaron el cuerpo desplomado sobre la vereda. Cuando llegaron los paramédicos ya nada se pudo hacer, no tenía signos vitales.
Se trata de Benedicto Ademelio Portillo Insuasti, de 56 años de edad. Un familiar de la víctima expresó que Benedicto sufría de hipertensión arterial y que se presume que por esa enfermedad, él habría sufrido un paro cardíaco.
Los vecinos de la zona se encontraban perplejos ante lo ocurrido. Algunos vieron al hombre desplomarse, otros comentaban lo que les habían contado los testigos. Las versiones eran similares, que de un instante a otro, el hombre se desplomó y murió.
En medio de las conversaciones sobre el tema se asombraban sobre la manera tan rápida e impredecible de morir. Además, de que se trata de infartos fulminantes, que mientras llegan los paramédicos ya no se puede hacer nada para ayudar.
Hace varias semanas otro hombre falleció en la Zona Rosa. Ocurrió lo mismo, el hombre caminaba por el sector y de repente se desplomó, quedando sin vida en la vereda (5).