Las imágenes han dado la vuelta al mundo. El partido entre Sport Huaquilla y Magdalena Cedec, correspondiente a la Copa Perú, se convirtió en un escenario de violencia cuando el árbitro Luis Alegre fue protagonista de una escena sin precedentes en el fútbol.
El encuentro transcurría con normalidad hasta el minuto 82, cuando el juez central mostró la tarjeta roja a un futbolista. La decisión provocó la reacción inmediata del cuerpo técnico del equipo sancionado, y uno de sus integrantes invadió la cancha con una botella en mano, aparentemente con la intención de agredir a Alegre.
Sin embargo, lo que sucedió después tomó a todos por sorpresa. En un movimiento inesperado, el árbitro respondió con una impresionante patada en el pecho, un gesto más propio de las artes marciales mixtas que del fútbol. El entrenador cayó al suelo, desatando el caos entre jugadores, cuerpo técnico y asistentes de ambos equipos.
Intervención policial y suspensión del partido
La situación escaló rápidamente, y fue necesaria la intervención de la Policía Nacional del Perú para controlar los ánimos en el terreno de juego. A pesar de los esfuerzos por retomar el orden, el partido fue suspendido debido a los actos de violencia.
Las imágenes de la agresión se viralizaron en redes sociales, generando impacto a nivel internacional. Medios de Italia, España, Argentina, Brasil y otros países replicaron la noticia, destacando la inusual reacción del árbitro.
El incidente ha reabierto el debate sobre la violencia en el fútbol, tanto dentro como fuera de la cancha. Las autoridades deportivas peruanas podrían tomar medidas disciplinarias tanto contra el árbitro Luis Alegre como contra los responsables de la agresión inicial.
Lo sucedido en la Copa Perú quedará marcado como un episodio insólito en la historia del fútbol, dejando en evidencia la necesidad de reforzar la seguridad y el respeto dentro del deporte.