El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, propuso este martes en Nueva York que el Mundial 2030 tenga 64 selecciones y que Argentina, Uruguay y Paraguay alberguen partidos de la fase de grupos, en homenaje al centenario del torneo disputado por primera vez en Montevideo en 1930.
Conmebol busca más protagonismo en el Mundial del Centenario
La FIFA ya aprobó que los tres países sudamericanos acojan los partidos inaugurales de la Copa del Mundo de 2030, cuya sede principal será España, Portugal y Marruecos. Sin embargo, Conmebol considera que ese gesto es insuficiente y presiona para que Sudamérica tenga mayor protagonismo.
Alejandro Domínguez aseguró durante el evento en Nueva York, en el que participaron también Gianni Infantino y los presidentes de Uruguay Yamandú Orsi y Paraguay Santiago Peña, q,ue el centenario no debe ser “un Mundial igual” a los demás.
“Vemos que esta es una oportunidad en 100 años de poder tener una fase de grupos que se juegue en Uruguay, en Argentina y en Paraguay”, afirmó Domínguez.
La propuesta: un Mundial con 64 selecciones
Actualmente la Copa del Mundo de 2026 —que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá— será la primera en la historia con 48 selecciones. Conmebol propone elevar la cifra a 64 equipos, lo que abriría espacio para que los países sudamericanos organicen tres partidos de grupos cada uno.
La idea se enmarca en la visión de Domínguez de transformar el centenario en una celebración única. Según medios argentinos, existe la percepción de que FIFA podría acceder a ampliar la propuesta, aunque todavía no hay una decisión oficial.
Un Congreso clave en 2026
La FIFA definirá el tema en su próximo Congreso Ordinario, previsto para abril de 2026 en Vancouver, Canadá. Hasta entonces, la solicitud de Conmebol seguirá en análisis.
Si la propuesta prospera, el Mundial 2030 pasaría de tres a seis países anfitriones: España, Portugal, Marruecos, Uruguay, Argentina y Paraguay. Sería la primera Copa del Mundo con tantos organizadores, en tres continentes y con diferencias horarias fuertes desde Europa, África y América del Sur. Esto implicaría un desafío logístico y de infraestructura.
Del sueño de Uruguay al reclamo regional de un Mundial
En un inicio, Uruguay aspiraba a ser sede única del Mundial 2030, pero la falta de infraestructura impidió que compitiera con las candidaturas europeas y africanas. La FIFA, como gesto simbólico, concedió los partidos inaugurales en Montevideo, Buenos Aires y Asunción.
La Conmebol interpretó esa decisión como un “premio de consolación”, lo que ha motivado su estrategia de presión para conseguir más partidos oficiales en territorio sudamericano.