Una iniciativa cultural impulsada por Ucrania lleva su literatura a más de 30 países a través de bibliotecas y centros culturales. Las llamadas Estanterías de libros ucranianos promueven el idioma, la identidad y la memoria colectiva, consolidando una estrategia efectiva de diplomacia cultural.
En Ecuador, varias universidades ya han incorporado estas estanterías. Pero su presencia también pone en relieve una verdad incómoda: la literatura ecuatoriana continúa relegada, incluso en su propio territorio.
Ecuador: un legado literario en la sombra
Pese a contar con una tradición literaria sólida, que va desde autores clásicos como Juan Montalvo, Juan León Mera, Dolores Veintimilla, Jorge Icaza, José de la Cuadra y Pablo Palacio, hasta voces contemporáneas como Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero y Solange Rodríguez, la literatura ecuatoriana sigue sin alcanzar el protagonismo que merece.
La falta de promoción, de canales de difusión y de presencia en librerías y medios de comunicación mantiene sus obras en un segundo plano.
“En Ecuador preguntas por autores nacionales y hay un desconocimiento total”, señalan varios escritores.
Instituciones culturales: ausentes o indiferentes
A esta realidad se suma la falta de respaldo institucional. Escritores y gestores culturales coinciden en que existe una “especie de no mirar” por parte de las autoridades, lo que impide construir una política cultural coherente y sostenida en el tiempo.
Mientras tanto, iniciativas como las Estanterías de libros ucranianos, con planificación y visión a largo plazo, captan la atención internacional, incluso en América Latina.
En Quito y Guayaquil, los consulados honorarios de Ucrania han facilitado la llegada de estos libros, que incluyen tanto obras en ucraniano como traducciones a otros idiomas. Pero no existe un esfuerzo similar para proyectar la literatura ecuatoriana fuera del país, ni siquiera en la región.
Un desafío pendiente
La diferencia entre la promoción cultural internacional y la realidad local es evidente. Y la brecha se amplía ante la falta de iniciativas que impulsen a los escritores ecuatorianos a ocupar un lugar destacado en el escenario global.
Mientras Ucrania exporta cultura como parte de su estrategia internacional, Ecuador sigue en deuda con sus propias letras. La lucha por el reconocimiento de su literatura, tanto dentro como fuera del país, continúa siendo un desafío pendiente.