El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, vetó este jueves 63 de los 400 artículos de una ley aprobada por el Congreso para flexibilizar la concesión de licencias ambientales a empresas de infraestructura. La decisión, adoptada en Brasilia, busca preservar la protección ambiental y garantizar la seguridad jurídica, aunque el Parlamento aún puede revertir los vetos si alcanza mayoría absoluta.
Alcance de los vetos presidenciales
La nueva ley, conocida como Proyecto de Ley de Licencias Ambientales, había generado amplio debate en el país. Lula decidió mantener gran parte del texto, pero eliminó disposiciones que, a su juicio, ponían en riesgo ecosistemas y comunidades vulnerables. Entre ellas, se incluye la posibilidad de que las obras iniciaran únicamente con una declaración de impacto presentada por las empresas, sin necesidad de un permiso específico previo emitido por las autoridades competentes.
El Gobierno argumentó que este mecanismo debilitaba el control ambiental y podía facilitar la ejecución de proyectos sin una evaluación técnica adecuada.
Protección a comunidades indígenas y ecosistemas críticos
Otro de los puntos vetados limita las consultas a pueblos indígenas antes de aprobar proyectos que afecten sus territorios. La Presidencia sostuvo que estas restricciones contravendrían compromisos internacionales suscritos por Brasil, como el Convenio 169 de la OIT, que garantiza la consulta previa, libre e informada.
Asimismo, Lula eliminó apartados que reducían la protección del bosque atlántico, un bioma en situación “crítica” según el Ministerio de Medio Ambiente. La medida busca impedir retrocesos en la preservación de este ecosistema, que ha perdido más del 80% de su cobertura original debido a la deforestación y la urbanización.
Reacciones encontradas
El texto legal había recibido críticas del Ministerio de Medio Ambiente y de organizaciones ecologistas. Estos advertían sobre riesgos para la biodiversidad y la salud de las comunidades afectadas. Organismos como Greenpeace Brasil y WWF señalaron que la ley, sin modificaciones, representaba “un retroceso en la política ambiental del país”.
En contraste, representantes del sector agrícola y de la industria de la construcción respaldaron el proyecto original. Argumentando que reducir trámites y plazos impulsaría la inversión en infraestructura y aumentaría la competitividad del país.
Proceso legislativo y posibles escenarios
Aunque la ley fue promulgada con vetos, el Congreso Nacional tiene la facultad de restituir las disposiciones eliminadas si logra reunir el apoyo de la mayoría absoluta de diputados y senadores. Analistas políticos prevén que este debate volverá a polarizar la agenda legislativa en los próximos meses.
La aprobación inicial del proyecto fue considerada una victoria para sectores productivos. Mientras que la intervención de Lula refuerza su compromiso con la agenda climática. Está alineada con los compromisos asumidos por Brasil en acuerdos internacionales como el Acuerdo de París.
Contexto ambiental en Brasil
Brasil, considerado uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, enfrenta presiones simultáneas para expandir su infraestructura y proteger sus recursos naturales. La gestión de licencias ambientales es un punto central en esa tensión.
El bosque atlántico, protegido por legislación específica, es hogar de miles de especies endémicas y desempeña un papel crucial en la regulación del clima y el suministro de agua. Su conservación es considerada prioritaria por organismos nacionales e internacionales.