En Ecuador, instituciones educativas y especialistas en educación financiera promueven la elaboración de un presupuesto infantil para enseñar a los niños, desde los 6 años, a planificar el uso de su mesada. Esta estrategia, aplicada tanto en hogares como en escuelas, busca que los menores aprendan a diferenciar entre gastos, ahorro y donaciones, desarrollando hábitos responsables que beneficien su futuro financiero.
Un hábito que fortalece la educación financiera
El presupuesto infantil consiste en asignar y registrar el uso del dinero que los niños reciben periódicamente, ya sea como mesada o por recompensas de tareas domésticas. Según el economista Ricardo Menéndez, esta práctica facilita la comprensión de conceptos como ingresos, egresos y ahorro. De esta manera, se prepara a los menores para administrar recursos en la adultez.
El especialista destaca que los niños que aprenden a presupuestar antes de los 12 años tienen un 20% más de probabilidades de mantener finanzas personales estables en su vida adulta.
La importancia de planificar la mesada
Expertos en finanzas señalan que la planificación de la mesada ayuda a evitar gastos impulsivos y fomenta la disciplina. El monto, aunque pequeño, permite establecer categorías claras: una parte para consumo inmediato, otra para ahorro y un porcentaje destinado a causas solidarias o familiares.
Por ello, se recomienda que los pequeños, junto a sus padres, tomen talleres prácticos o utilicen hojas de registro o aplicaciones móviles adaptadas a su edad para clasificar el uso de su dinero semanal o mensual.
Pasos para elaborar un presupuesto infantil
El economista recomiendan seguir cuatro pasos básicos y ponerlos en práctica una vez que se decida empezar a usar un fondo de emergencia.
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Registrar los ingresos: anotar la cantidad que se recibe como mesada o por tareas.
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Definir categorías: asignar porcentajes a gasto, ahorro y donación.
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Anotar cada gasto: registrar todas las compras, por pequeñas que sean.
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Evaluar el resultado: revisar al final del mes si se cumplió lo planificado.
Este método permite que los niños tomen decisiones más conscientes, como posponer la compra de un juguete para alcanzar un objetivo mayor.
Herramientas para niños y padres
Existen aplicaciones móviles y tablas impresas diseñadas para facilitar el control de la mesada. Entre las más utilizadas están PiggyBot y Bankaroo, que permiten a los niños registrar gastos y visualizar su progreso de ahorro mediante gráficos sencillos, explica Menéndez.
Los padres cumplen un rol clave como supervisores y guías, ayudando a que los niños comprendan el valor del dinero y el esfuerzo que implica ganarlo, agrega.
Beneficios a largo plazo
Fomentar la planificación financiera desde la infancia contribuye a formar adultos más responsables con su economía. El economista indica que los niños que aprenden a manejar un presupuesto desarrollan mejores habilidades para priorizar gastos y fijar metas financieras.