El Gobierno de China ha implementado estrictas restricciones a funcionarios gubernamentales y miembros del Partido Comunista. La medida busca erradicar el despilfarro y promover una gestión austera de los recursos públicos. La normativa, que entró en vigor recientemente, regula los gastos en comidas de trabajo, viajes y actos protocolares. El Gobierno, lo que busca es limitar el uso indebido de fondos estatales.
Las nuevas disposiciones establecen estándares claros para el manejo de recursos públicos y crean un sistema de supervisión del gasto. Entre las medidas está la prohibición de consumir platos lujosos, cigarrillos y alcohol durante comidas oficiales. También se veta el intercambio de regalos, la participación en actividades de ocio costosas, la aceptación de hospitalidad excesiva. Prohibió también los juegos de azar y el uso de fondos públicos para entretenimiento personal en viajes al extranjero.
Gobierno de China controlará los viajes al extranjero
El artículo 20 de la normativa prohíbe explícitamente aceptar o intercambiar regalos como bonos, valores u objetos de lujo que excedan los límites establecidos. En viajes internacionales, los funcionarios no pueden usar fondos públicos para comprar obsequios ni financiar celebraciones entre instituciones gubernamentales o empresas estatales.
Dentro de China, las recepciones en estaciones o aeropuertos están prohibidas Los funcionarios solo podrán estar acompañados por una persona, ajustándose estrictamente a itinerarios y presupuestos aprobados. La normativa también regula los aspectos logísticos de los desplazamientos, como transporte, alimentación y alojamiento, que deben cumplir con estándares predefinidos. Se prohíbe el uso de vuelos chárter o aviones privados.
Se realizarán auditorias regulares
El contexto de estas reformas responde a los esfuerzos del Gobierno de China por combatir la corrupción y mejorar la imagen de la administración pública. En los últimos años, el Partido Comunista ha intensificado sus campañas contra el despilfarro y las prácticas indebidas. La nueva normativa refuerza estas políticas, alineándose con los objetivos de austeridad promovidos por el presidente Xi Jinping.
Las autoridades han establecido mecanismos de supervisión para garantizar el cumplimiento de las reglas, incluyendo auditorías regulares y sanciones para quienes las incumplan. Aunque no se han detallado las penalidades específicas, el Gobierno ha enfatizado que las violaciones serán tratadas con rigor. Los organismos estatales ya han comenzado a capacitar a los funcionarios sobre las nuevas disposiciones.
Estas restricciones se suman a otras medidas adoptadas en el pasado, como la campaña anticorrupción lanzada en 2012, que ha sancionado a miles de funcionarios por malversación y abuso de poder. El Gobierno de China espera que las nuevas reglas fortalezcan la confianza pública en las instituciones. También que se optimicen la gestión de los recursos en un momento de desafíos económicos globales.