El parque El Mamey, otrora un vibrante espacio ecológico de Portoviejo, yace en el abandono, convertido en refugio de indigentes, escenario de inseguridad y epicentro de crueldad contra 70 gatos abandonados.
Gabriel Obando, presidente del Consejo Barrial Mamey San Eduardo, describe un pasado de esplendor opacado por la desidia administrativa. Hace casi una década, el parque El Mamey era un referente ecológico, con áreas verdes cuidadas, huertos comunitarios y oficinas municipales.
“Era un lugar donde la comunidad se reunía, un pulmón verde”, recuerda Obando. Sin embargo, desde el terremoto de 2016, el parque comenzó su declive. La administración municipal pasada lo dejó “muerto”, según Obando, y hoy presenta maleza crecida, árboles sin podar y una oscuridad total por falta de iluminación, que fomenta actos delictivos.
Maltrato y tortura animal: El horror que viven los gatos abandonados en el parque El Mamey
Abandono animal y crueldad extrema
La colonia de gatos abandonados que ha ido en aumento en los últimos años sufre torturas atroces: quemaduras, ahorcamientos y crucifixiones, denunciadas como actos de “satanismo” por Obando. Las rescatistas, que los alimentan y esterilizan, rechazan reubicarlos por temor a su destino.
Roberto Briones, director de Riesgos, Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático del Municipio de Portoviejo, reconoció en una intervención ejecutada esta semana la gravedad de la situación. “Estamos aquí por Fauna Urbana, pero el parque requiere una intervención integral. La Policía Nacional también ha sido notificada para abordar este problema”, acotó el funcionario.

Por ello, tras una minga de limpieza y atención veterinaria, se acordó que los gatos permanezcan en el sitio. El compromiso es que los animales reciban atención de manera continua por parte del Centro de Fauna Urbana del Municipio de Portoviejo.
Responsabilidad en disputa
El parque está en un limbo administrativo. Según Obando, una resolución del Ministerio del Ambiente (MATE) de 2009 asignó su gestión al municipio, pero Briones indica que un proceso en Quito aún no entrega la competencia formal, compartida con la Prefectura de Manabí.
“Hay que hacer un trabajo de recuperación bastante importante. Lamentablemente está, como ustedes lo pueden visualizar, está un poco abandonado. Y bueno, la idea es que se entregue formalmente para que después la empresa Portoparques lo pueda administrar y se pueda intervenir”, precisó Briones.
Sin embargo, Obando señala que esto es un “pretexto” y reclama que el municipio podría actuar con voluntad, podando y limpiando. Mientras esto se resuelve, el municipio coordina con la CNEL para restaurar la iluminación y con la Policía para aumentar la vigilancia. Obando urge a la ciudadanía y autoridades a unirse: “Este parque es un ícono portovejense, no puede seguir en tinieblas”. Mientras, los gatos y los vecinos esperan una solución que devuelva al Mamey su antiguo esplendor.